El bumerang es una pequeña arma de madera especial, que se arroja con la mano y después de golpear al enemigo vuelve a manos de quien la arrojó. Como ese tipo de arma de una población australiana, fue el bloqueo de caminos que comenzó hace más de quince días y que provocó la caída de popularidad del líder cocalero, por los enormes daños que pudo ocasionar tal medida de presión a la economía nacional que languidece.
En efecto, el dilatado y extenso bloqueo de caminos le costó al país alrededor de mil millones de dólares, amén de los graves perjuicios a la población, por la elevación de precios de alimentos, el alza de la cotización del dólar, la destrucción de las carreteras y muchos otros aspectos negativos. Pero, además de los efectos económicos dañinos de los bloqueos de vías, los daños políticos que sufrió Evo Morales superan todo nivel que se podría considerar.
Efectivamente, la medida de iniciar bloqueos fue tan inoportuna y torpe que toda la ciudadanía se sintió afectada y dirigió su protesta contra Morales, quien fue quien concibió, organizó y encabezó la parálisis del transporte a partir de Cochabamba, centro estratégico del país, porque por su carretera principal se va al oriente y al occidente.
En consecuencia, la popularidad del jefe cocalero se fue por los suelos y solo se quedó con un saldo de violentos seguidores que, pese a que se anunció la solución del problema relacionado con las elecciones judiciales, en la Asamblea Legislativa, continuaron las acciones de presión al gobierno.
El bloqueo de caminos que encabezó Morales tuvo en efecto negativo mucho mayor en el nivel económico. Y es que graves perjuicios aupó Morales al auspiciar la parálisis de las vías camineras del eje económico del país, es decir que perdió soga y cabra. Es, pues, sabido que la “política” de Evo es equivocada y no da pie en bola, pese a su experiencia de futbolista. Más propiamente, le ocurre lo del bumerang de los australianos y el arma que arroja se vuelve contra su cabeza, protegida por un casco de densa cabellera.
Todos esos hechos son por demás conocidos y comentados por la opinión pública, pero haciendo una observación algo detallada, se observa que paso que da el expresidente es equivocado, lo cual también permite preguntar ¿a qué se debería esa mala suerte que sigue al caudillo de seis federaciones del trópico?
La pregunta tiene muchas respuestas, pero una de ellas, la más benigna, es que la política que alienta está contra el desarrollo de la historia, está a contrapelo de la evolución económica y política del país y, por tanto, por más buenas intenciones que ofrezca, pierde terreno y sufre derrotas cotidianas.