“Existen películas”, dice Reinaldo Marcus Green. “Y luego están las cintas sobre Bob Marley”. El director y coescritor de Bob Marley: La leyenda sonríe y reflexiona sobre la escala y la responsabilidad de esta producción. “Hay una diferencia”.
“Cada persona que he conocido (durante el proceso de hacerla) tiene una historia de Bob Marley”, dice Green. “Él tenía ese poder. Era el amigo de todos, ¿sabes? ‘Lo vi en un concierto’ o ‘Cambió mi vida cuando tenía 15 años’. La gente piensa que conoce a Bob Marley, tiene una versión de él en su mente por la forma en que todos conectamos con su música”.
Y es ahí donde el director comenta que entra su película. “Este es el Bob Marley que no mucha gente conoce. Vamos a darles algo que no han visto, algo que no pueden buscar en Google, basado en conversaciones reales, desde adentro”, comenta.
La precisión y la autenticidad no son solo parte integral del ADN de esta película, es el resultado directo de ella. Bob Marley: La leyenda no es una película hecha con la bendición de la familia Marley, sino hecha por la propia familia.
Los productores son dos de los hijos de Bob, Ziggy y Cedella Marley, y la artista e ícono femenino que tanto contribuyó a los logros de su marido en sus 36 años en el planeta: su viuda, Rita. La familia trabajó junto con el productor Robert Teitel, los productores Dede Gardner y Jeremy Kleiner de Plan B, así como con los productores ejecutivos Brad Pitt, Richard Hewitt, Orly Marley y Matt Solodky. Reunieron a un increíble elenco liderado por Kingsley Ben-Adir y Lashana Lynch como Bob y Rita Marley, así como un equipo de clase mundial, que incluye al director de fotografía Robert Elswit, el diseñador de producción Chris Lowe, el supervisor musical Stephen Marley, el productor musical ejecutivo Harvey Mason jr., el compositor Kris Bowers, la diseñadora de vestuario Anna B. Sheppard y los diseñadores de maquillaje y peinado Nadia Stacey y Carla Farmer, por mencionar algunos.
El resultado es el retrato tanto de un coloso musical, cuyo mensaje de unión lo haría blanco de fuerzas asesinas, como de un esposo, un padre y un rebelde. Un hombre con debilidades y desafíos como cualquiera, pero con una fuerza de cambio con la que hizo tanto por los que amaba y por el mundo hasta el final.