Una creciente crisis cultural afecta con sus amenazadoras garras rampantes a la vida de Bolivia y, a la vez, sus proyecciones revelan que podría llegar a proporciones peligrosas, ya que se puede agravar más. La cultura nacional, aunque con lagunas por el aislamiento del país, por la falta de relaciones intensas con otras naciones, debido a su enclaustramiento forzado, está amenazada por las crisis económica y política que vive la población.
Se podría afirmar, sin rodeos, que esta crisis cultural corroe en forma paralela a la crisis económica y política que domina el ambiente social y que deja sentir sus efectos en diversas formas, entre ellas el derrumbe de medios informativos, quiebra de empresas, decadencia de librerías y editoriales y muchos otros hechos. En los últimos dos decenios, dejaron de existir varios periódicos, se cerraron editoriales, quedaron sin funcionar instituciones de importancia natural, desaparecieron bibliotecas y otros locales de instrucción educativa.
En el interior y en La Paz, así mismo, cerraron sus puertas varias editoriales y numerosas librerías que anteriormente tenían intensa actividad. Los importadores de libros lamentan que la llegada al país de las últimas novedades científicas está dificultada porque el transporte es con frecuencia interrumpido por bloqueos de carreteras, también por huelgas y paros que realizan sectores sociales y, ante todo, debido a problemas económicos que están apareciendo.
Tales dificultades que afectan al ámbito cultural en Bolivia están evitando la difusión de las investigaciones de científicos, médicos, geólogos y otros, pero los más perjudicados por esta crisis son los intelectuales de los sectores literarios y hasta los periodistas. En momentos de crecimiento cultural se produjeron polémicas sobre la creación de una cultura propia, pero la iniciativa quedó desechada cuando se planteó que la cultura no se trataba de una invención, sino que en realidad se trata de un desarrollo de las mejores obras, perfeccionando la cultura local y universal.
Uno de los ámbitos más importantes para el desarrollo de la cultura es el periodismo, porque su alcance es rápido e inmediato entre los lectores. La censura de prensa, los agobiantes controles impositivos, las persecuciones a periodistas, etc., son los más grandes enemigos de la difusión cultural, por no decir del periodismo. De ahí que, los gobiernos deben esmerarse por hacer crecer a los periódicos, facilitar las actividades de la prensa, fomentar el crecimiento de las empresas, como ocurría, por ejemplo, durante los gobiernos del Mariscal Andrés de Santa Cruz o de Manuel Isidoro Belzu, con cuyo apoyo Bolivia se convirtió en una potencia en todos los sentidos.
Si no se brinda apoyo a las entidades culturales, para garantizar su existencia y labor de difusión, el nivel de conocimientos de nuestros estudiantes seguirá reflejando niveles bajos, en comparación con los niños y jóvenes de otros países, donde los gobiernos dan trato preferente a la educación y la cultura.