Cientos de fieles católicos acudieron ayer a las iglesias para participar de las eucaristías y del Miércoles de Ceniza, día con el que inicia la Cuaresma. Los creyentes recibieron la imposición de la cruz en la frente como signo de conversión y penitencia.
“Desde hoy y durante 40 días, nos ponemos en reflexión, al igual que Jesús que ha ido al desierto y ahí se ha puesto a enfrentar al mal del mundo, a los problemas, a las tentaciones del mundo, entonces, durante estos días el creyente, el cristiano, mira su corazón, mira su vida, mira su entorno para ver cómo podemos mejorar nuestra vida para que durante la Semana Santa podamos estar en buenas condiciones espirituales”, explicó el sacerdote Guillermo Siles.
El rito de la imposición de la ceniza en la frente del creyente católico significa: “del polvo eres y al polvo volverás”, hace entender, según el religioso, “lo limitados que somos como seres humanos”.
Apuntó que durante ese tiempo de preparación a la Cuaresma, en las celebraciones eucarísticas se tienen relatos bíblicos que “nos ayudan a entender el misterio de nuestra fe, pero lo central es la muerte y resurrección de Jesús”.
Por su parte, en su mensaje por Cuaresma, la Iglesia Católica en Bolivia advirtió que existe un sufrimiento generalizado del pueblo boliviano, respecto al cual no se puede ser indiferente y convocó a tomar decisiones dialogadas y tener la valentía de convertirse para salir de la “esclavitud”.
Aseguran que es tiempo de conversión para romper “las cadenas de la esclavitud tanto individual como comunitaria”.
“Conocemos muy bien el sufrimiento de nuestro Pueblo boliviano, escuchamos sus gritos de dolor ante las injusticias que sufren cada día. No podemos ser indiferentes ante el sufrimiento generalizado de nuestro Pueblo, no podemos caer en el pecado de la indiferencia ante el hermano que sufre y llora su situación cotidiana”, se lee en un mensaje compartido por la Conferencia Episcopal Boliviana.
El escrito señala que la Cuaresma es un tiempo de tomar decisiones dialogadas, consensuadas y no fruto de imposiciones, presiones, amenazas o violencias. “Es tiempo de optar por la valentía de la conversión para salir de la esclavitud. Nuestro Pueblo necesita recuperar la alegría de vivir, que se manifieste en sus rostros, en la libertad de hacer nuevas todas las cosas, en la esperanza de una vida nueva”.