Elecciones judiciales siguen cuesta arriba

Aprobada la ley para las elecciones de magistrados mediante votación popular, cuya preselección está a cargo de comisiones parlamentarias y pasadas las fiestas carnavaleras, la Asamblea Legislativa debe considerar y aprobar varios asuntos, sin los cuales los mencionados comicios judiciales no podrán realizarse en el plazo de unos cinco meses. Además, se encontrarán con una situación muy embrollada en las deliberaciones parlamentarias.
La lista de asuntos que tiene la agenda parlamentaria es larga y al mismo tiempo, con muchos bemoles que prometen dificultades a granel y enfrentamientos entre diputados y senadores, considerando el supuesto “pacto de alianza” entre la facción que sigue a Evo Morales, y los partidos Comunidad Ciudadana y Creemos, que se dice ha estado funcionando desde algún tiempo atrás.
Entre otros puntos de la agenda congresal se encuentra, en primer lugar, buscar la solución para el problema de la auto prórroga de magistrados, la cual es defendida, a brazo partido, por la bancada afín al presidente Luis Arce. Pero es resistida con vehemencia por el denominado “Pacto de Alianza” y sus afines. La salida ante este conflicto es difícil encontrarla e implica episodios de gran resonancia.
Otros asuntos son: reunir las comisiones parlamentarias para preseleccionar a los candidatos a magistrados y, enseguida, formar otras comisiones para escoger los candidatos ya elegidos por las anteriores. En caso de ser aprobadas las listas de postulantes, la nómina deberá pasar al Poder Ejecutivo para su visto bueno. El asunto promete ser muy discutido.
Enseguida, se deberá debatir el tema de los créditos externos que esperan aprobación legislativa con la finalidad de que el Ejecutivo disponga de dinero para diversas obras y se active la paralizada economía nacional. Este asunto no dejará de ser polémico, como lo es desde tiempo atrás.
Otros temas que serán muy discutidos se refieren a la aprobación de los proyectos de ley 073 y 075, que no pudieron ser aprobados por disidencias entre asambleístas de ambas cámaras. El debate al respecto podría durar semanas, a no ser que alguna mano generosa logre consenso entre los bandos.
La ciudadanía, siempre atenta a asuntos políticos, no deja de estar pendiente de las elecciones por voto popular de los magistrados, pero ha visto que el proceso está desprestigiado y se ha convertido en un problema muy complicado. Y está viendo si ese evento que trae cola, podrá ser digno de aceptación o habrá abstención de los votantes.
La suerte de las elecciones judiciales fijadas para septiembre depende en gran medida de los debates acerca de la agenda que los parlamentarios tienen por delante. Sin embargo, de no llegarse a soluciones oportunas, las elecciones de magistrados volverán a ser postergadas o canceladas, porque un asunto de esta naturaleza no debe ser motivo para atentar contra los intereses nacionales, como sucedió con los bloqueos de caminos en vísperas del carnaval.