Los enemigos de la democracia son grupos intolerantes y maximalistas, que alientan la violencia para imponer sus propósitos mezquinos. Posiblemente tienen tendencia populista, bolivariana o del Siglo XXI. Es que ellos, contrarios al sistema que propicia el pluralismo político, siempre han surgido en consonancia con la perorata del marxismo leninismo, pese a que éste se ha deteriorado en el mundo. Algunos personajes aún citan dichos textos, para corroborar sus afirmaciones o asumir el papel de sabihondos.
Pero jamás mencionaron que en regímenes socialistas, no se practica la democracia, sino que se impone el unipartidismo, bajo la decisión de un solo individuo, a quien se le rinde culto. En ese contexto se persigue, descalifica y encarcela, a los que piensan diferente. Siempre han invocado el nombre de los pobres, de los necesitados y explotados, para perpetuarse en el Poder. Aprovecharon la potabilidad democrática, en nuestro continente, para sus fines particulares. Para llenarse los bolsillos, mediante la corrupción inclusive, en desmedro de quienes viven en pobreza y extrema pobreza. De ahí que la democracia, considerada como sistema desprovista de odio, discriminación y racismo, les ha provocado urticaria. Porque respeta, asimismo, los derechos humanos, la libertad de expresión y el pluralismo político.
Los enemigos de la democracia siempre han esquivado, de manera sistemática, el diálogo a fin de lograr objetivos comunes. En la perspectiva de establecer una convivencia pacífica y armoniosa, por el bien común. Y ofrecer a la ciudadanía seguridad y tranquilidad, para que desarrolle sus actividades cotidianas. Es que, en tiempos de crisis económica, legado de los gobiernos populistas de los últimos 17 años, la población necesita recursos para sobrevivir. Quienes tienen cuentas bancarias, por haber depredado al Estado Plurinacional, no están incluidos en esa desesperante situación. De ahí que, en vez de diálogo, muestran hostilidad, amedrentamiento y amenaza, contra gobernantes y gobernados, hoy como ayer. Lo hicieron sin tomar en cuenta que el diálogo, es la base para el entendimiento civilizado. Quizá solo escuchan la arenga de ciertos angurrientos del Poder. Desesperados por retornar al gobierno, para seguir devastando al jirón patrio.
“Debido a diversos factores propios de nuestra realidad, el país está ingresando a una etapa de reacciones que, aunque todavía tímidas y pequeñas, revelan que se está dejando atrás la absurda ideología populista y se trata de avanzar hacia la democracia. Es algo inherente a las fuerzas del desarrollo social que no se detienen y se sobreponen a todas las dificultades presentadas por malandrines que tienen como objetivo hacer retroceder la vida humana a la época de las cavernas”, sostiene el editorial de un conocido medio escrito” (*).
En suma: he ahí quienes conspiran contra la democracia.
(*) “Entre la democracia y el populismo”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 31 de enero de 2024.