Varios países europeos convocaron ayer a los representantes de la diplomacia de Rusia en sus respectivos territorios como señal de protesta por la muerte del disidente ruso Alexei Navalni, fallecido el viernes en la cárcel de una remota región ártica donde cumplía condena por supuesto extremismo y fraude.
Uno de los primeros países en moverse en esta dirección fue Alemania, que cargó no solo contra la muerte de Navalni sino contra las condiciones «inhumanas» en las que se encuentran la mayoría de opositores rusos en prisión, y que dan muestra de «cuán brutalmente actúa el sistema de justicia ruso» contra ellos.
«Nuestro respeto está dirigido a todas las personas valientes de Rusia que, a pesar de la más dura represión, están comprometidas con la democracia y la libertad», manifestó el portavoz del Ministerio de Exteriores alemán, Steffen Hebestreit, según recoge el diario germano ‘FAZ’.
Por su parte, la Embajada rusa en Berlín defendió que las circunstancias del fallecimiento de Navalni son «un asunto exclusivamente interno» de Rusia y que, como ya se informó previamente, se llevará a cabo una investigación para averiguar lo ocurrido.
«Los intentos de algunos países occidentales de aprovechar lo sucedido para formular acusaciones falsas contra Rusia y agitar artificialmente el sentimiento antirruso son contraproducentes e inadmisibles», detalló la misión diplomática rusa en su canal de Telegram.
Más tarde, el Ministerio de Exteriores de Finlandia informó en sus redes sociales de que también convocó al embajador ruso, Pave Kuznetsov, para subrayar que Moscú es «responsable» de lo sucedido con Navalni y exigirle una «investigación transparente» que Moscú afirma ya está llevando a cabo.
Por otro lado, los países del Báltico –Estonia, Letonia y Lituania, convocaron también a los responsables de la diplomacia rusa en sus territorios y destacaron que consideran a Moscú como responsable del fallecimiento del destacado disidente ruso y exigen también una investigación veraz.
Estos tres países aprovecharon la ocasión y emitieron un comunicado conjunto en que rechazan la celebración de las próximas elecciones presidenciales rusas, que se celebrarán a mediados del próximo mes de marzo, justo cuando se cumplan diez años de la anexión de la península de Crimea.
«En un entorno de represión total contra la oposición y los medios independientes, con falta de candidatos alternativos creíbles y sin supervisión internacional, estas elecciones carecerán de legitimidad democrática», aseveraron desde Tallín, Riga y Vilna.
España también se unió a este listado y anunció que convocó al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación al embajador ruso, Yuri Klimenko, según detallaron fuentes diplomáticas.
El último de estos países que mostró su rechazo por la muerte bajo custodia de Navalni, fue Suecia, que convocó al embajador ruso en Estocolmo e instó a la Unión Europea a «actuar contra la represión política en Rusia».
El Servicio Penitenciario Federal del distrito autónomo ruso de Yamalia-Nenetsia anunció el viernes la muerte de Navalni tras «encontrarse mal durante un paseo». Moscú rechazó las críticas por su fallecimiento y solicitó esperar a los resultados oficiales de la autopsia.
El activista de 47 años llevaba encarcelado desde su detención en enero de 2021 cuando regresó a Moscú desde Berlín, donde había estado recuperándose de un envenenamiento que tanto él como los gobiernos occidentales atribuyeron al servicio de seguridad del presidente ruso, Vladimir Putin. (Europa Press)