La COB desconfía de la información del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la inflación y por ello, pide un incremento salarial del 8% al mínimo nacional y 7% al haber básico, a pesar que, en la gestión 2023 se tuvo una inflación anual al 2,12% y un crecimiento económico de menos del 3%.
El Gobierno publicita a través de los medios de comunicación y conferencias de prensa de autoridades del sector económico, que Bolivia registra la inflación más baja de la región, debido a las políticas económicas implementadas.
Sin embargo, los economistas siempre recuerdan a las autoridades, que la misma es una inflación reprimida, que cuesta a los contribuyentes más de 2.000 millones de dólares, y la mayor parte de los recursos, se destinan a los combustibles.
“La COB exige un incremento fuera del aspecto técnico, buscando apoyo político del Gobierno nacional, pero al parecer no confía en los datos del INE, sino en la sensación de sus bolsillos”, observó el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
Sin embargo, Romero señala que el porcentaje que piden siempre son los máximos, debido a que ingresan en un período de negociación con las autoridades de Gobierno, sin dejar participar al sector empresarial, que genera fuentes de empleos formales.
La media que podría acordar la Central Obrera Boliviana (COB) con el Gobierno, estaría en una media de 5% a 6%.
PIB
Romero recordó que, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 bordearía el 3%, pero los organismos internacionales estiman que el porcentaje no pasaría del 2%, de confirmarse, sería uno de los más bajos a la fecha.
El Gobierno también estima que, el PIB alcanzaría por lo menos 3%, lejos de lo proyectado a principios de año en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2023, de 4,8% y bajó para la presente gestión a 3,71%.
Poder adquisitivo
El economista recuerda que hay una pérdida del poder adquisitivo. El analista financiero, Mauricio Ríos, estimó que el porcentaje alcanzaría a 16%, y tal vez un poco más, por el incremento de los precios de algunos productos de la canasta familiar.
“Ni la misma COB confía en los datos del INE, porque si no pedirían un incremento en función a la inflación acumulada el año pasado, que alcanzó a 2.12%”, precisó Romero a tiempo de indicar que los miembros de la COB, al igual que cualquier ciudadano, sienten el incremento de los precios y la pérdida del poder adquisitivo.
Por ello, exigen un incremento realista, lo que perciben en los mercados y en la calle, señaló e indicó que el aumento de los valores de los productos es más amplio de las estadísticas oficiales.
El entrevistado dijo que subieron productos nacionales, de contrabando en 20%, aproximadamente, y ahí se observa la pérdida del poder adquisitivo, ya que se reducen los productos que se pueden adquirir con una cierta cantidad de dinero.
Déficit fiscal
El economista sostiene que, un incremento salarial implica también un aumento del gasto público y por consiguiente, un aumento del déficit público, pues se deberá cancelar a más de 550 mil funcionarios públicos, que salen de los impuestos que pagan las empresas y las personas, mientras el sector privado deberá cargar con la medida.
Para Romero un incremento mínimo afectaría a la estabilidad laboral y en un futuro, a mediano plazo, a los empleos formales y agudizará la caída de la calidad del empleo.
Economistas en las redes sociales, en reiteradas oportunidades, indicaron que la informalidad alcanza al 80%, por tanto, el incremento salarial al mínimo y al básico, sólo favorece a un 20% del mercado laboral.
Romero agrega que para el empresariado será difícil asumir el incremento, porque son gastos corrientes, pero el diálogo entre la COB y el Gobierno será más político que técnico, con el objetivo de mantener el poder.
Por ello, sugiere que el acercamiento del sector empresarial con el Gobierno, los privados deberían abordar el tema, y avanzar en el mismo, el incremento salarial, ya que ellos son los que pagan impuestos.