martes, julio 23, 2024
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La espada de Damocles sobre el Legislativo

Al parecer los asambleístas nacionales se han propuesto trabajar este año con la mayor intensidad posible en lo que se refiere a las elecciones populares para elegir magistrados, previamente elegidos por comisiones especiales que están empezando a funcionar.
Ese entusiasmo, al contrario del año pasado, muestra interés por cumplir sus obligaciones, y no tardarán en dar los primeros pasos para la evaluación de postulantes a los más altos cargos del aparato judicial del país, acusado de lenidad, corrupción, ineficiencia y otros males.
Durante los últimos meses del año pasado y los primeros de éste, diputados y senadores mostraron poco interés por la preparación para la elección de jueces y, por el contrario, algunos de ellos hicieron lo posible para que el asunto no avance. Inclusive hubo retardos en la aprobación del presupuesto para ese acto electoral.
Sin embargo, ante el peligro que significaba el atraso en ese objetivo, como si se tratase de una amenaza, los asambleístas reiniciaron labores y al presente esperan el cumplimiento de una agenda de trabajo para desarrollarla según el cronograma previsto.
Pero, hay algo que salta a la vista de la opinión pública y es que, mientras en el año pasado había poca o ninguna iniciativa para las elecciones judiciales, en 2024 ocurre lo contrario. Tal contradicción se explica porque en 2023 no había la espada de Damocles de las amenazas y críticas, mientras que, desde principios del presente año, esa amenaza está activa, inclusive con medidas de presión como el bloqueo nacional de caminos, si no se procede a avanzar en la elección de altos funcionarios de la judicatura.
La observación de los hechos anteriores permite, en todo caso, pensar que los legisladores trabajan con esmero cuando pende sobre sus cabezas la espada de Damocles del temor ante acciones como el bloqueo de caminos, con el que sectores evistas amenazan paralizar la economía nacional y satisfacer las ambiciones de algún político venido a menos.
Es más, se podría agregar que, en esa forma, los parlamentarios no trabajan por principio, sino que solo cumplen sus funciones cuando hay amenazas de convulsión social, lo que significaría actuar por intereses pragmáticos. Pero el asunto llegaría aún más lejos y así, las siguientes medidas que deberá estudiar y aprobar la Asamblea Legislativa, no se harán sobre la base de principios, sino pensando en la pendiente y temible espada de Damocles.

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