Por: Lic. Héctor Molina
¿Qué son los puntos suspensivos?
Son un signo de puntuación formado por tres puntos consecutivos (…), solo tres, llamado así porque entre sus usos principales funciones está el de dejar en suspenso el discurso.
Características
Entre las características más importantes se puede señalar:
- Siempre deben estar unidos a la palabra o el signo que los precede.
- De igual forma siempre deben estar separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue; sin embargo, si después de los puntos suspensivos va otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
Algunas de las reglas de aplicación más comunes para considerar al usar los puntos suspensivos
Uso de mayúsculas después de los puntos suspensivos
Cuando los puntos suspensivos se ponen para darle final a un enunciado, el término que sigue después de estos, se debe escribir con mayúscula inicial.
Por ejemplos:
No quiero que vaya por allá, si le pasa algo no… Mejor olvidamos todo.
El clima está tan… Lo mejor es llevar paraguas.
Uso de minúsculas después de los puntos suspensivos
Cuando los puntos suspensivos se ponen, pero no le dan final al enunciado, o sea, la frase que va después de ellos, le da continuidad al enunciado anterior, el término que sigue tras ellos se escribe con minúscula.
Por ejemplo:
Y al mirarnos uno frente al otro nos dimos cuenta de que… ya éramos familia.
Pienso que ella es demasiado… inteligente.
Para indicar la omisión de parte del texto
- Señalan la interrupción voluntaria de un discurso cuyo final se da por conocido o sobrentendido por el interlocutor: A pesar de que prepararon cuidadosamente la expedición, llevaron materiales de primera y guías muy experimentados… Bueno, ya sabéis cómo acabó la cosa. Es especialmente frecuente este uso cuando se reproduce un refrán o un fragmento literario de sobra conocido: Más vale pájaro en mano…, así que dámelo ahora mismo; Y, en mitad de la fiesta, se subió a una mesa y comenzó a recitar: “Con diez cañones por banda…”.
- Se usan para evitar repetir la cita completa del título largo de una obra ya mencionada: La obra Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, de Rafael Alberti, está llena de grandes aciertos. Los versos de Yo era un tonto… contienen algunos de los mejores hallazgos expresivos del autor.
- Sirven para insinuar, evitando su reproducción, expresiones o palabras malsonantes o inconvenientes: ¡Qué hijo de… está hecho! A veces se colocan tras la letra inicial del término que se insinúa: Vete a la m… No te aguanto más.
- Se emplean al final de enumeraciones abiertas o incompletas, con el mismo valor que la palabra etcétera o su abreviatura: Puedes hacer lo que quieras: leer, ver la televisión, oír música… Debe evitarse, por redundante, la aparición conjunta de ambos elementos:
- Puedes hacer lo que quieras: leer, ver la televisión, oír música…, etc.
- Puedes hacer lo que quieras: leer, ver la televisión, oír música, etcétera…
- Entre corchetes […] o entre paréntesis (…), los puntos suspensivos indican la supresión de una palabra o un fragmento en una cita textual: “Fui don Quijote de la Mancha y soy agora […] Alonso Quijano el Bueno” (Cervantes Quijote [Esp. 1615]).
Para indicar la suspensión del discurso con fines expresivos
- Señalan la existencia en el discurso de una pausa transitoria que expresa duda, temor o vacilación: El niño dice que él no ha roto el jarrón… Pero ¿quién ha sido si no?; Te llaman del hospital… Espero que sean buenas noticias; Quería preguntarte… No sé…, bueno…, que si quieres ir conmigo a la fiesta.
- Dejan el enunciado en suspenso con el fin de crear expectación (Si yo te contara…) o por cualquier otro motivo (Fue todo muy violento, estuvo muy desagradable… No quiero seguir hablando de ello).
- Sin valor de interrupción del discurso, señalan a veces la existencia de pausas que demoran enfáticamente el enunciado: Ser… o no ser… Esa es la cuestión.