Parte II
En la Constitución Política de 2009 se dice: “Artículo 1. Bolivia se constituye en un Estado Social de Derecho Plurinacional Unitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado, y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural, lingüístico, dentro del proceso integrador del país”.
Ese texto comprende una sustantiva y otra adjetiva. En la primera se habla de un “Estado Social de Derecho Plurinacional” y en la parte adjetiva es “libre, independiente”, etc.
Se sostiene que “Bolivia se constituye en Estado Unitario, Social, de Derecho Plurinacional…”, definición con características esenciales.
En primer lugar, “un Estado Plurinacional” significaría que la Nación Boliviana desaparece físicamente y solo queda el ilusorio Estado Plurinacional (EP), subjetivo, no tiene pies ni cabeza.
Al mismo tiempo, también este EP sería un Estado sin Estado. Vale decir que, obviamente, el Estado Plurinacional debía tener su propio Estado político y su Constitución, que es lo que no sucede. Por tanto, este EP no tiene raíz material ni tiene Estado político. Es solo un Estado Plurinacional que está más allá de la existencia física y, por tanto, fuente de una lista interminable de errores.
Los términos “Bolivia se constituye en un Estado Plurinacional” son absolutamente claros, tanto en la construcción lógica como la gramatical. Así, en este caso, ya no existe la nación y ésta se ha constituido en Estado Plurinacional. Otra cosa habría sucedido en el caso de que ese artículo correctamente hubiese dicho: “La nación boliviana se conforma con un Estado”, porque no existe nación sin Estado, ni Estado sin Nación, pues son las dos caras de una misma moneda.
En síntesis, esa disposición constitucional ha hecho desaparecer la nación boliviana material y solo ha quedado existiendo el Estado ideal. Esa novísima concepción sobre el Estado sin nación es aún más antagónica. En efecto, la afirmación de que solo existe el Estado político, no tiene base material y, por tanto, resulta ser producto de la mente misma del hombre. Es decir que sus autores generaron una idea absolutamente idealista, subjetiva.
Aún más, por esas características, esa definición acerca del Estado ni siquiera alcanza a considerar que el Estado es una idea sería, de origen divino, idealista objetiva, producto de un ser superior, es decir, Dios.
El origen del Estado Plurinacional, según el Artículo 1 de la Constitución del gobierno de Evo Morales, es producto del idealismo subjetivo. Es contrario y más atrasado que el idealismo objetivo.
Es, a la vez, idealista subjetiva, si se toma en cuenta que el Estado se origina en el desarrollo histórico de la economía, que origina, a la vez, a la nación, conjunto de territorio, economía, población, cultura, lenguaje. Otra cosa hubiese sido que la referida definición constitucional del Estado hubiese dicho: “Bolivia (la realidad) está constituida por la Nación y está conformada por el Estado (la idea) con tales características.