Un refrán menciona que: “El tiempo trae las cosas nuevas, y el tiempo las hace viejas y se las lleva”. Estas palabras se relacionan con el pliego petitorio planteado por los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) al gobierno del presidente Luis Arce, el cual plantea varias demandas, como el aumento salarial.
En el caso del alza salarial solicitado por la dirigencia cobista del 8% al salario mínimo nacional y del 7% al haber básico, las cifras se quedan minúsculas ante la situación económica que afrontan los ciudadanos de a pie. Hasta el momento ambas partes no definieron los porcentajes definitivos que se aplicarán.
Empero, se debe realizar algunas consideraciones que son necesarias para establecer el problema de fondo con relación al aumento salarial.
Primero. El incremento salarial que sea acordado entre los dirigentes cobistas y el gobierno de Luis Arce, no beneficiará a la mayoría de los trabajadores porque, según la Gestora Pública de la Seguridad Social de Largo Plazo, hasta el 2023 están asegurados en el Sistema Integral de Pensiones (SIP) 2.657.457 trabajadores, lo cual representa el 39% con relación a la población económica activa (PAE) urbana y rural, a partir de los 14 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) hasta 2023. Las cifras muestran que al menos de cada 10 trabajadores sólo cuatro aportan para su jubilación y tienen la opción de acceder a un seguro de salud, pero seis no realizan algún aporte.
Esta figura, se traduce en el hecho que al menos cuatro de cada 10 trabajadores podrían beneficiarse del aumento salarial porque tendrían una relación de dependencia laboral, pero seis estarían al margen porque no realizan algún aporte para su jubilación, no tendrían relación de dependencia laboral y desempeñan sus actividades en una economía informal que asciende al 80%.
Segundo. La consolidación del mercado negro o paralelo del dólar se convirtió en una espada de Damocles para la población de a pie porque se registró de “facto” la devaluación de la moneda nacional o su pérdida de valor adquisitivo. Antes de la escasez de la divisa estadounidense cada $us 100 valía Bs 696, pero ahora $us 100 equivale a Bs 850 o 900, es decir, se registró una pérdida entre el 30% y 35%.
Es menester que las partes interesadas en la discusión sobre el aumento salarial hagan la compra de alimentos e insumos que requiere una familia con Bs 100 y estimen si podrá atender sus necesidades mínimas. Una negociación de memoria, sin datos ni argumentos, refleja improvisación.
Tercero. Hasta el momento no existe un estudio serio con relación a cuánto debería ascender el salario mínimo nacional para que una familia satisfaga sus necesidades mínimas. El planteamiento de la dirigencia de la COB no cuenta con argumentos técnicos que justifiquen por qué piden un determinado porcentaje de alza salarial ni sobre qué variables se sustentan.
Establecer un porcentaje de aumento salarial sin tomar en cuenta las diferentes variables económicas, así como la pérdida del valor adquisitivo de la moneda nacional por el aumento del precio del dólar en el mercado negro, se convierte en una postura irresponsable.
Cuarto. En la línea de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los estados que están adscritos a dicha instancia deberían acordar el aumento salarial con la participación de los trabajadores, el gobierno y la parte patronal; pero ello no ocurrió hasta el momento. Por la actual situación económica muchas unidades productivas no tendrán la capacidad de otorgar aumentos salariales a sus trabajadores o decidirán ingresar a la informalidad laboral para reducir sus costos de operación.
Entonces, el tema del aumento salarial que planteó la dirigencia cobista no beneficiará a la mayoría de los trabajadores, ni es real porque la moneda nacional perdió su valor adquisitivo entre el 30% y el 35% por el aumento del precio del dólar en el mercado paralelo. Además, ninguna de las partes cuenta con estudios serios para determinar cuánto se debería incrementar el salario a los trabajadores o cuánto debería ser el mínimo nacional.
Por este motivo, se debe subsanar las observaciones realizadas, formalizar el mercado laboral para que la mayoría de los trabajadores se beneficien de un incremento salarial y toda negociación debe ser sostenida con la participación de todos los sectores, para que no esté determinado por un interés partidario, de grupo o de persona.
El autor es periodista.