Materiales y estrategias didácticas

El objetivo del médico es que sus pacientes se restablezcan completamente, del docente es que sus estudiantes aprendan. Pero ¿cómo hacer que eso sea posible? Es una pregunta que cada vez es más difícil de responder, ya que, a medida que avanza el tiempo, los enfoques y métodos usados con tanto éxito en el pasado han perdido eficiencia y relevancia en la actualidad.
Es evidente que cualquier clase de enseñanza requiere un cambio constante de enfoques y métodos para causar una impresión rápida y duradera en los estudiantes y, por ende, mejorar la calidad y eficiencia del proceso de enseñanza y aprendizaje. Un contenido teórico es más fácil de aprender cuándo se fundamenta en enfoques y métodos que estimulan la acción de los estudiantes. No se trata únicamente de la acción cómo actividad motriz, sino también de la actividad mental, pues ambas, a pesar de tener definiciones diferentes, se complementan entre sí.
De ello se deduce que lo fundamental es colocar a los estudiantes en una situación en la que por sí mismos aprendan, sobre la base de sus conocimientos previos. Esto solo será posible si se combina la visualización con la idea, la palabra con los materiales, estrategias didácticas y la acción con las palabras.
Quizás muchos se preguntarán ¿qué valores puede representar el empleo de los materiales didácticos y de las estrategias didácticas en el proceso de enseñanza y aprendizaje? Respondemos que, según los resultados de muchas investigaciones y lo que dijo Aristóteles con insistencia, “solo se aprende haciendo”. Todo parece indicar que los estudiantes aprenden mejor viendo, escuchando, participando activamente y/o haciendo.
Con los materiales y las estrategias didácticas, el estudiante puede adquirir nuevos conocimientos con mayor facilidad y, sobre todo, puede fortalecer y desarrollar capacidades, cualidades y potencialidades.
Finalmente, los materiales y las estrategias didácticas despiertan el interés por un aprendizaje integral, por lo que inspiran y orientan a los estudiantes hacia una tarea investigativa y creativa, enriquecen las ideas abstractas, ofrecen una información más exacta que cuando solo se utiliza palabras. Desarrollan capacidades y actitudes, estimulan la actividad de los educandos para fortalecer sus potencialidades psicológicas, motrices, cognitivas y, finalmente, dan vida al proceso de enseñanza y aprendizaje.