Contra las cuerdas

Pensó “Luchito” que su gran movimiento político del 2023 seria inhabilitar a Evo Morales a través del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y dar así un golpe de autoridad. Esta acción terminaría desencadenando múltiples bloqueos y manifestaciones para exigir elecciones judiciales y el cese de los magistrados del TCP. Como hemos visto, parece que las elecciones judiciales se llevarán a cabo, esto a cambio de que los evistas aprueben más créditos en el Parlamento.
Empero, los recientes bloqueos han mostrado la debilidad del gobierno de Luchito y su incapacidad para lidiar con manifestaciones hechas por evistas o los “movimientos sociales”. Queda claro que el gobierno estuvo contra las cuerdas y nada hizo para evitar los bloqueos y terminar con el caos generado por Morales. Esto se puede explicar por dos razones, la primera y más conspirativa, que Evo y Arce jamás han estado peleados y todo es un show político ordenado por Cuba. La segunda, los arcistas no se animan a dar la estocada final a Evo y sus secuaces, probablemente por miedo o simple incapacidad, para mí los dos.
Mi pronóstico es que serán realizadas unas elecciones judiciales muy controversiales y el nuevo TCP, de una u otra forma, terminará habilitando a Morales, sellando la completa derrota de Arce.
Debemos preguntarnos porque los arcistas decidieron inhabilitar a Evo Morales, es simple, estaban perdiendo la pugna interna. Poco a poco Arce fue perdiendo apoyo interno y aprobación de los bolivianos. No por nada para mi Arce está en el podio de los peores presidentes de Bolivia, tema para otro artículo.
Pese a contar con el poder del Estado, la tendencia era que Evo se imponga a Arce, fue en ese momento y con el miedo de ir a primarias, que la mejor opción era la inhabilitación. De esta forma, Evo no podría ir a las elecciones, se lo sacaba directamente del juego y Arce se quedaba con el MAS.
Volviendo al punto central del artículo, los bloqueos han mostrado la debilidad del arcismo y sobre todo su incapacidad para lidiar con los problemas, algo nefasto. El “autoritario” ministro del Castillo ha quedado retratado y prácticamente se ha hecho a un lado en la hora de lidiar con estas manifestaciones, una omisión administrativa total sabiendo el daño económico que se ha generado.
Es tal el miedo del gobierno a Morales que ni siquiera el presidente se atreve a confrontarlo, a pesar de contar con todo el aparato estatal. En el discurso por el día del “digno” Estado Plurinacional, el presidente habló del daño causado por Evo y de las acciones de éste, pero jamás lo nombro, se guio por indirectas. Cómo es posible que Arce queriendo imponerse a Evo no pueda ni “atacarlo públicamente”. Por otro lado, Evo ataca y ataca a Arce, mostrando de esta forma su poder que está rivalizando con el mismo Estado.
La falta de orden y debilidad del Estado para mostrar su autoridad es algo que ha estado presente siempre en el país, es un problema estructural que, tarde o temprano, deberá ser resuelto por el bien de nuestra nación. Empero, Luchito ha perdido todas sus batallas políticas y es en mucho tiempo el gobierno más incapaz que hemos tenido.
Esta falta de poder para muchos es explicada por el simple hecho que las instituciones estatales no son del todo arcistas, sino también evistas. El poder está totalmente dividido. Empero Arce cuenta con el Ejecutivo, el que después de todo es el factor diferencial, sobre todo en un país de corte presidencialista como el nuestro.
La situación para Luchito es preocupante, está contra la espada y la pared, no solo política sino también económicamente. Lo que me queda claro es que las pugnas internas deben resolverse pronto, tanto por el bien del partido como del país, aunque todo tipo de socialismo es y será perjudicial para nuestra nación.
A lo largo de la historia, las pugnas internas son ganadas por aquellos que ocupan el Ejecutivo, salvo excepciones, caso que ocurre en Bolivia, pues “Luchito” es “alguien excepcional”.