miércoles, julio 24, 2024
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Crisis y soluciones

Eric L. Cárdenas del Castillo

Dijimos en varias notas de opinión anteriores, que el país atraviesa una crisis institucional, que ha afectado a la economía, la justicia y que tiene indudablemente efectos sociales, pues es la sociedad en su conjunto la que padece los efectos de cualquier desajuste, en la estructura y la superestructura del Estado.
En el largo gobierno de Evo Morales (2006-2019), se produjo uno de los fenómenos económicos más beneficiosos para el país, pues debido a la subida de los precios internacionales de las materias primas, entre ellas los hidrocarburos y minerales que exportamos, el Tesoro Público nacional, recibió elevados ingresos, como nunca antes. Se calcula en más de 50 mil millones de dólares, solo por hidrocarburos, de tal manera que las reservas internacionales llegaron a l5 mil millones de dólares. No olvidemos que el precio de barril de petróleo en 2006 era de 30 dólares, y antes de 2014 llegó a 150 dólares.
En el año 2014 comenzaron a bajar los precios de los commodities y en consecuencia a bajar las reservas, por consiguiente, a deprimirse la economía. A pesar de que, según algunos propagandistas del gobierno, nuestra economía estaba blindada y la política económica del régimen era un ejemplo en el mundo, digna de ser imitada. Lo que sucedió es que, en ese tiempo de bonanza, esos recursos no fueron administrados eficientemente, creció el gasto público corriente (los empleos públicos se multiplicaron por tres, fueron invertidos millones de dólares en empresas estatales deficitarias, obras públicas con sobreprecios, y de relativa utilidad (canchas de fútbol), empresas mal ubicadas y de elevado costo, viajes oficiales, organización de eventos internacionales de promoción étnica, etc. Muchas de las empresas estatales, fueron ejecutadas con empréstitos del Banco Central, es decir afectando las reservas económicas.
Por su concepción estatista, el régimen ignoró la importancia del emprendimiento privado, el que fue sujeto a restricciones como las exportaciones y una política de discurso anti capitalista, anti imperialista y anti neoliberal, que estuvo acompañada de “nacionalizaciones”, lo que nos endeudó, por obligaciones de pago a las empresas de capital extranjero, que demandaron a nuestro país. Pero lo más perjudicial fue que se espantaron las inversiones de capital externo directo.
La política social del régimen, prestó poca importancia a la salud pública. La llegada del Covid-19, desnudó el sistema raquítico de salud del país, el mismo que hasta este tiempo no cubre la alta demanda de atención sanitaria. El desempleo y el empleo informal, son otras rémoras sociales del país. Y es que se disfraza el desempleo, con la ocupación informal de cerca del 80% de la población económicamente activa, que no tiene seguro social de largo y corto plazo, no conoce aguinaldo ni aumento anual de salario y tiene una economía familiar de subsistencia.
La segunda versión del régimen populista de izquierda que nos gobierna por más de 17 años, se ha enfrentado a una situación distinta a la del tiempo de la primera versión, pues ahora hay escasez de recursos, ya que los precios internacionales de las materias primas, en especial de hidrocarburos, bajaron y, a la vez, se han ido agotando las reservas de gas natural que exportamos. De tal manera que hoy invertimos más en importar gasolina y diésel que en exportar gas, pues el Estado no invirtió en prospectar nuevos campos y las empresas internacionales del rubro no lo hicieron, por ausencia de políticas prácticas en la materia.
El excesivo gasto público, la baja de exportaciones de gas, la ausencia de reservas de divisas, las subvenciones públicas a los precios de varios productos de consumo de la sociedad, la escasez de gasolina, las erradas políticas públicas y, por supuesto, la herencia de deficientes políticas de gobiernos anteriores, nos han colocado en una situación delicada. Las autoridades y agentes de publicidad del gobierno, han estado en los medios de comunicación, hasta hace unos días, resaltando el llamado modelo económico social, comunitario, productivo, la baja inflación, la estabilidad de precios, etc., cuando en verdad todos los productos importados y nacionales, han subido de pecio hasta en un 30%, como lo dijimos en una nota de opinión hace ya meses.
Lo bueno es que las autoridades de gobierno, por fin, han reconocido la situación delicada de la economía, y luego de muchos años, se han entablado conversaciones con el sector privado, estableciendo un paquete de medidas para encarar el delicado cuadro, la mayoría para paliar la ausencia de dólares en el mercado. La medida de colocación de bonos en dólares por el Banco Central, para la captación del público, tiene el objetivo de que los dólares que la población tiene en su poder, puedan nuevamente entrar en el circuito económico. Es una medida urgente, sin embargo, ésta como las otras medidas, en gran parte dependen de la confianza y credibilidad del público en las políticas de gobierno. Una vez más, la ciudadanía tiene la palabra.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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