domingo, septiembre 1, 2024
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“Se busca Presidente”

Jhonny Vargas

Parte I

También los del MAS utilizaron la política del “pan”, que puede consistir en el reparto de tierras a sus movimientos sociales a través del INRA, la adjudicación preferencial de obras públicas, en áreas, regiones y departamentos que apoyan al régimen, las decisiones a favor en disputas que involucran a los grupos de seguidores y/o la concesión de favores individuales a los simpatizantes del “proceso de cambio”. Entre estos simpatizantes no faltan los que financian la campaña política o los grandes peces gordos del narcotráfico, contrabando y tráfico de tierras. Lema y objetivo: Estabilidad, lealtad y Desarrollo. Los sobornos y las prebendas garantizan también el apoyo de quienes forman parte de la administración pública a través de nombramientos, premios y ascensos basados en la lealtad personal de los “llunkus”.
Frente a todas esas malas mañas o enfermedades de nuestro país, el candidato ideal debería cumplir con los siguientes requisitos: Capacidad de trabajar en un ambiente hostil y corrupto. No es necesario que sea experto en finanzas, si el actual “mago de la economía”, está conduciendo a nuestro país a la bancarrota más grande de la historia de nuestro país. Qué ironía de la vida y la historia. Pero sí es deseable que entienda conceptos como macro y microeconomía, balanza de pagos, inflación y desarrollo económico. Que sea popular, no populista, porque el último nos salió un demagogo que utilizó a los más humildes para lograr sus objetivos personales.
Que tenga experiencia en manejo de personal, que esté respaldado por un equipo de asesores y personas interesados en trabajar por el país, que no ocupen esos cargos por apellidar Coca o Cacarico, o por pintar las calles de azul en campañas electorales. Que tenga buena presentación y sea hábil en el manejo de medios; que no ostente cola de paja, ni de heredero político; que posea experiencia política. Debe ser carismático y pragmático, pero no loco, que no sea narcisista ni maquiavélico. El último que ocupó por largo tiempo el cargo; aún no comprende que adolece de estos males.
Debe poseer buena salud mental, pues este puesto enloquece a cualquiera, debe estar acostumbrado a trabajar por objetivos y resultados. Deberá soportar que estén bajo el escrutinio su vida personal, de su entorno familiar y de sus amistades. Como buen negociador y promotor de consensos, debe mostrar un nuevo estilo de gobernar, dejando de usar el “pan y el circo” para gobernar y la política del “pan y el garrote”. Pero cuando ocurran situaciones excepcionales deberá usar la fuerza pública si es necesario, para poner orden y tranquilidad en el país, sin llegar al autoritarismo.
Deberá tener absoluta disponibilidad del horario, carecer de antecedentes penales, no estar vinculado con el crimen organizado internacional, ni con peces gordos del narcotráfico y trabajar para que el país se supere, sin recurrir a imperios (China, Rusia, EEUU y Europa), cuya única condición de ayuda, es el saqueo de nuestros recursos naturales estratégicos (oro, litio, uranio y tierra).
“El puesto garantiza dolores de cabeza, trabajar bajo presión, sueldo fijado por ley, seguro médico (aunque el anterior gobernante prefería centros médicos fuera del país), automóvil blindado, una casa presidencial en San Jorge y la oportunidad de ocupar un lugar en la Historia de Bolivia…”.
Nota. No se recibirá recomendaciones de reclutadores o caza talentos.

El autor es Politólogo y Docente de Postgrado.

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