viernes, julio 26, 2024
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Todo cambia en el mundo

Severo Cruz Selaez

Los tiempos cambian, unas veces para bien y otras veces para mal. Cambian, en ese contexto, los rostros, las figuras y las actitudes de quienes fueron predestinados, para ocupar sitios en el legislativo, a título de la democracia. Probablemente fue un honor para muchos mayoría de ellos, ser electo o electa para esa situación, pero, en algunos casos, sin la menor idea del papel que iban a desempeñar, en ese ámbito. Con un jugoso y tentador haber mensual, que está lejos del haber básico de los asalariados. Éstos trabajan ocho horas al día, para sobrevivir, en una época marcada por la crisis económica. Con todas las privaciones del caso. Pero aquéllos viven cómodamente, con una sustanciosa paga, inclusive con auto en la puerta. Mientras quienes los eligieron tienen que lidiar, como siempre, con las necesidades del cotidiano vivir. Ajustándose el cinturón, debido a que cuesta adquirir alimentos.
Incurrieron, al margen de todo ello, en actitudes circenses. Se constituyeron en un hazmerreir de la coyuntura política. Gente de pocas luces para sostener un debate. Con tendencia a la gresca, sin consideración ni respeto a la opinión pública. Gente que ha trepado a la testera, como si estuviera en estado inconveniente, en su domicilio particular. Hechos que han empañado la imagen del país en el contexto internacional. Posiblemente afuera nos ven, desgraciadamente, como un pueblo de la era primigenia. Es decir, un pueblo sin formación política ni intelectual, solo con la fuerza irracional para imponer ciertos propósitos. He ahí lo que se ve de un parlamento cuestionado.
“Tal es la conducta de asambleístas que más se dedican a la confrontación, a velar por intereses partidarios y no a legislar para favorecer a la población en general, que espera soluciones para los graves problemas que ahora soporta, como el encarecimiento de la canasta familiar, los constantes bloqueos de caminos que perjudican a productores y consumidores, la destrucción del medio ambiente por avasalladores y mineros ilegales, el desempleo, la escasez de dólares, la migración de compatriotas y empresas, etc., etc.”, según la nota editorial, del Decano de la Prensa Nacional: EL DIARIO (*).
Tuvimos, hablando siempre de este caso, dignos y meritorios parlamentarios, que honraron con su presencia y sabiduría, el hemiciclo, en el pasado. No es necesario mencionarlos, porque están debidamente inscritos en la memoria histórica. Munidos de ideas, propuestas y proyectos, que enriquecían la agenda legislativa, al servicio de los supremos intereses nacionales y de los sectores sociales necesitados, en particular. Predispuestos para el debate, de cada una de las proposiciones. Hombres y mujeres, versados en diferentes temas, que se explayaban en la exposición de los mismos, hasta lograr sus objetivos. Pero jamás estuvieron apegados a sus pretensiones particulares, tampoco protagonizaron reprochables alborotos. Esos dignos comportamientos al parecer no se repetirán, lamentablemente.
En suma: todo cambia, nada queda estático. Unas veces para bien y otras veces para mal.

(*) “Cuestionable gestión parlamentaria actual”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 4 de marzo de 2024.

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