Las tormentas registradas durante la semana dejaron estelas de devastación en Ohio, Kentucky, Indiana y Arkansas. “Tengo suerte de estar vivo”, dijo un residente que se refugió en una bañera. El fenómeno dejó tres muertos, incendios y cientos de casas destruidas en Estados Unidos.
Gran parte de los daños se produjeron en los pueblos de Russells Point y Lakeview, donde vive Schmidt. Los pueblos están salpicados de casas de campo, propiedad de personas que vienen a pescar y navegar.
Los equipos de búsqueda y los perros detectores de cadáveres no encontraron más víctimas el viernes tras adentrarse en barrios que habían quedado bloqueados por fugas de gas y árboles caídos durante la noche, precisó Dodds.
El gobernador de Ohio, Mike DeWine, que evaluó los daños y se reunió con los residentes, señaló que era una suerte que la tormenta no golpeara en un fin de semana de verano. (Infobae/AP)