Desde el expresidente de Estado, Carlos Mesa, hasta analistas políticos y periodistas independientes, se suman las voces que encargan a los ciudadanos no proporcionar información personal como apellidos y números de cédula de identidad en el Censo de Población y Vivienda, por ser datos “irrelevantes” para los propósitos del Censo y por advertir que el Gobierno puede usarla para una eventual “persecución policial”.
El expresidente del Estado y actual líder de Comunidad Ciudadana (CC), recalcó que la realización del Censo es imprescindible. Sin embargo, exhortó a los bolivianos evitar dar información personal al Estado. “No tienen por qué preguntarnos el nombre y menos nuestro carnet de identidad. En ningún caso tenemos que dar información personal que nada tienen que ver con las preguntas básicas”, manifestó.
Ante la incertidumbre y las numerosas dudas de la población respecto a qué información se debe proporcionar, varios analistas apuntan a que el Instituto Nacional de Estadística (INE) generó susceptibilidad por la poca confianza en el Gobierno de Luis Arce y en su transparencia.
El periodista y analista, Edwin “Cacho” Herrera, recomendó que no es necesario proporcionar datos como el nombre y apellido, carnet de identidad, la identidad de familiares fallecidos o de personas que migraron dentro de la familia.
Herrera señaló, junto con sus colegas, Amalia Pando y Carlos Valverde, que el Censo de Población y Vivienda no es un empadronamiento, por lo cual no debe darse información privada de las personas al Estado bajo un posible riesgo de “persecución política” o “policial” en un futuro.
DESCONFIANZA Y SUSCEPTIBILIDAD
En contacto con EL DIARIO, Herrera observó que hay una desconfianza natural de la población porque no se sabe con qué fines serán utilizados, además de los propósitos técnicos del registro.
“Hay una desconfianza natural del manejo de esta gran cantidad de datos personales de los bolivianos. Recomendamos a la gente que las personas estén muy atentas y tengan la tranquilidad de no entregar estos datos”, señaló el periodista.
Por otra parte, el analista, José Luis Bedregal, apunta como culpable de las susceptibilidades y desconfianzas al INE, pues considera que esta institución no realizó el Censo en el tiempo debido y porque carece de coordinación y transparencia.
“La gente no confía en el Gobierno y no confía en el INE, ese es el tema de fondo. Estas dudas la ha generado el propio INE por no explicar las cosas debidamente y en su debido momento”, advirtió, refiriéndose a las polémicas que surgieron recientemente sobre dar nombres completos o el llenado de la boleta con lápiz.
Oviedo explicó el pasado miércoles que la pregunta sobre el nombre en la encuesta no busca obtener el nombre completo, sino establecer la relación y registrar el número de personas en cada hogar. Además, garantizó el secreto estadístico y la confidencialidad de los datos según lo establecido en la Ley 405.