En respuesta a la reciente inauguración de la primera planta de biodiesel en Bolivia por parte del Gobierno, Fernando Romero, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), advirtió sobre las limitaciones críticas que enfrenta el sector agrícola sin el acceso a eventos de biotecnología en soya, así como de otros eventos, para garantizar materia prima.
El sector oleaginoso destaca la importancia de la biotecnología y precios de mercado para el aceite vegetal de soya con el objetivo de asegurar el éxito y la sostenibilidad en la producción de biocombustibles.
Mientras la planta representa un avance hacia la soberanía energética en la producción de combustibles, ANAPO subraya la urgencia de implementar la biotecnología y asegurar precios competitivos para la soya, sin los cuales la planta podría no alcanzar su máximo potencial de producción.
La inauguración de la planta de biodiesel es un paso importante hacia la sostenibilidad energética en Bolivia. Sin embargo, según Fernando Romero, «para materializar plenamente los beneficios de esta iniciativa, es imperativo que el Gobierno apruebe nuevos eventos de biotecnología en soya. Esto permitiría aumentar significativamente la productividad sin expandir la frontera agrícola, asegurando un suministro adecuado de aceite vegetal para la producción de biodiesel».
La aprobación de eventos de biotecnología en soya, como el evento Intacta, representa una oportunidad sin precedentes para el sector agrícola boliviano. Según ANAPO, la implementación de estas tecnologías podría incrementar la productividad hasta en un 30% a corto plazo, lo que representan 180 mil toneladas de aceite vegetal adicionales que garantizarían el abastecimiento necesario para la reciente planta de biodiesel en Santa Cruz y la segunda, que está en construcción en la ciudad de El Alto, lo que marca un hito en la producción sostenible de energía en Bolivia.
Asimismo, Anapo enfatiza la importancia de establecer precios de mercado y competitivos para la soya. Romero señala que «es crucial que el precio pagado por el aceite vegetal a las agroindustrias sea competitivo con los precios de exportación. Esto evitará distorsiones económicas en la cadena productiva que podrían perjudicar a los productores que producen la materia prima del grano de soya «.
De acuerdo con el representante de Anapo, que fue reelegido, el sector oleaginoso se compromete a colaborar con el Gobierno Nacional y otras entidades para abordar estas cuestiones esenciales, buscando garantizar el éxito y la sostenibilidad de la industria del biodiesel para contribuir a la soberanía energética de Bolivia.