Desde los tiempos de los gobiernos de Jaime Paz Zamora y Gonzalo Sánchez de Lozada, el pueblo boliviano ha escuchado el ofrecimiento, en forma machacona, de un “proceso de cambio” que despertó algunas ilusiones entre sus auspiciadores y la población. La oferta fracasó totalmente en su cumplimiento
La oferta fue recogida tiempo después por el gobierno del masismo de Evo Morales y Álvaro García Linera y pese a sonoros anuncios de realización, el proceso de cambio no se produjo ni se producirá, aunque sus auspiciadores insisten que “está vivo”, que “no ha fracasado”, que “hay que esperar” y otras lindezas parecidas.
¿Por qué ocurre ese problema?
Ocurre porque “proceso de cambio” es una abstracción y, por tanto, no existe ni puede existir y esto debido a que los términos de “proceso” tampoco existen y el “proceso de cambio” que ofrece el masismo no existe, ni mucho menos, vale decir que no es concreto.
En efecto, los conceptos como proceso de cambio son abstracciones, debido a que únicamente existe lo concreto. “Proceso de cambio” nada dice. No se sabe de qué proceso de cambio se habla, si es de cambio de guardia o cambio de llanta a un auto, o se trata de un cambio de camiseta, etc. Cambios que nada significan, ya que no existen. Se trata de abstracciones, en la misma forma que, por ejemplo, la verdad abstracta de “árbol” existe y solo existe la verdad concreta o sea solo existen en árbol de naranja, de manzana, etc. Tampoco es suficiente decir “ese es un amigo”, si no se dice el nombre del amigo y así sucesivamente.
Eso es lo que ocurre con el concepto “proceso de cambio”, no se sabe de qué cambio se trata, si es histórico, gramatical, deportivo, sentimental, etc. Por tanto, ese cambio no existe. Otra cosa sería que el término cambio sea concreto, vale decir cambio del feudalismo al capitalismo, cambio de razón social, cambio de estado, de soltero a casado, se trata de asuntos sustanciales y no solamente de forma o de palabra.
En la política del masismo no se ha producido, en casi veinte años, ningún cambio hacia adelante, aunque sí se puede decir que se ha producido en verdad un cambio concreto hacia atrás o sea de la nación a la colonia y de la democracia al feudalismo, que son verdades objetivas. En ese sentido histórico, el MAS-IPSP ha gobernado haciendo mover hacia atrás las manecillas del reloj de la historia, (como ocurre con el reloj de la Plaza Murillo), sin considerar que la historia nunca marcha hacia atrás. La verdad abstracta no existe; solo existe la verdad siempre concreta.
El “proceso de cambio” del MAS nunca existió
Luis Antezana Ergueta
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