miércoles, julio 3, 2024
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Afirma Defensor del Pueblo

La “cultura de no denunciar” naturaliza la violencia en cuarteles y recintos policiales

> El titular de la Defensoría del Pueblo admitió que se encontraron claramente las secuelas psicológicas de la violencia a cadetes en institutos de formación militar y policial; aseguró que el Estado debe resolverlo. > Pese a poseer un mecanismo de reserva y confidencialidad, Callisaya afirmó también que los cadetes tienen temor a denunciar hechos de violencia por posibles represalias de sus instructores.

Luego de realizar una encuesta a 1.500 cadetes y conscriptos en 18 centros formación militar y policial, el Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, sostuvo que una vigente “subcultura de no denuncia” estaría naturalizando los casos de violencia en estas instituciones de formación; según los datos, el 79% de encuestados afirmó no ser víctima de violencia, pero el 77% admitió haber sido testigo de algún hecho de violencia hacia un compañero.
Callisaya indicó que durante el período 2013-2023, la Defensoría del Pueblo recibió 362 casos de violencia en cuarteles, a través de una denuncia o por intervenciones de oficio, como el último hecho en Porvenir contra cuatro conscriptos de la Armada, quienes fueron físicamente agredidos a manos de su instructor en estado de ebriedad.
“Hay necesidad no solamente de establecer responsabilidad, sino de establecer un mecanismo que pueda hacer un seguimiento a estas personas porque existen secuelas que generan una afectación grave, no solamente física, sino también psicológica en las víctimas”, declaró el Defensor al programa Hagamos Democracia de Erbol.
Callisaya indicó que, en un trabajo conjunto con el Instituto de Terapia e Investigación (ITEI) sobre el tratamiento a las víctimas en casos de tortura, se pudo detectar con claridad las secuelas psicológicas que deben ser tratadas y resueltas dentro de esta institución del Estado.
En cuanto a los recintos policiales, el funcionario estatal explicó que hace aproximadamente un mes y medio se llevó a cabo una verificación sorpresa en la Academia Nacional de Policía (Anapol), ante denuncias de vecinos.
Presuntamente, en altas horas de la madrugada, se estaría sometiendo a los cadetes de primer año a situaciones muy precarias en clara vulneración a sus derechos humanos.

TEMOR A DENUNCIAR
Pese a que la Defensoría tiene un mecanismo de reserva y confidencialidad, este año no recibieron denuncias todavía, lo cual fue atribuido al temor del cadete de sufrir mayores represalias por sus instructores.
“Hay una especie de subcultura de formación y se reproduce una lógica muy machista: si no te aguantas, no tienes el suficiente temple para estar en esa carrera. Por otro lado también hay una especie de subcultura de no denuncia y esto naturaliza e invisibiliza este tipo de situaciones”, manifestó.
Según declaraciones del Defensor, esta entidad veedora de derechos humanos insistirá en el mensaje preventivo de no a la tortura y no a los hechos de violencia ni a los malos tratos que mellan la dignidad de los cadetes.
El funcionario también opinó que es importante “cerrar las brechas de impunidad” para evitar la reproducción cíclica de la violencia, a fin de evitar que un nuevo instructor, antes cadete, ejerza las mismas lógicas de violencia cuando tenga subordinados.
Respecto a malos tratos hacia las mujeres cadetes y soldados, sostuvo que no se reportó mayores incidentes, aunque reveló que las mujeres reciben un tratamiento contextualizado tanto en el tema militar como policiales.
Callisaya anunció que este mes de abril presentará algunas respuestas de las 1.500 encuestas realizadas en torno a la percepción de los cadetes acerca de su formación. Estos datos servirán para formular acciones de prevención de hechos de violencia en centros de formación militar y policial.

OTROS DATOS
La encuesta defensorial, realizada en la gestión 2023, también reveló que el 30% de los encuestados señaló como perpetrador del hecho de violencia al instructor. El 16% no respondió, el 9% dijo que lo hacía un alumno de curso superior y un 7% señaló que lo hizo un oficial jerárquico. Si se adicionan estas cifras en un porcentaje neto, la cifra se convierte en un 46% de encuestados que indican que la violencia proviene de sus superiores.
“Hay una recurrencia clara. Las estructuras de instrucción y la recurrencia de las formas de instrucción pueden favorecer estos ámbitos de violencia en contra de los cadetes y los estudiantes”, señaló Callisaya anteriormente, durante la revelación de los datos del estudio.
Por otro lado indicó que, entre 2013 y 2023, se registró 53 decesos de conscriptos y cadetes dentro de sus instituciones de formación.

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