La población de Caracoles vista por el francés Pesse

El dominio pleno de Bolivia sobre su litoral no solo quedó representado en diversos mapas y cartas oficiales, memorias o diarios de viaje, álbumes ilustrados, descripciones enciclopédicas e informes oficiales. Uno de esos textos olvidados fue elaborado por el diplomático francés A. Pesse.
Publicado en el Boletín de la Sociedad Geográfica de París, titulado ‘El distrito minero de Caracoles, por M. A. Pesse, Vicecónsul de Francia en Copiapó’, volumen séptimo, 1874. Dividido en varios segmentos, dicho informe inicia con la descripción del origen de la población boliviana de Caracoles, el cual atribuye a Díaz Gana y al francés Henri Guillaume Marie Arnous-Rivière como fundadores del distrito argentífero e indica que su nombre se debió a que numerosos fósiles de amonita y belemnita se hallaban en el lugar.
Posteriormente, describió los principales caminos carreteros que unían Caracoles con las poblaciones de Cobija, Mejillones, Tocopilla y Antofagasta o Chimba.
Sobre el centro minero de Caracoles, describió: “está situada en la parte norte del terreno minero, que ya tiene reconocidas diez leguas de largo y cuatro leguas de ancho; su altura alcanza los 2.740 metros sobre el nivel del mar, según mediciones realizadas con un hipsómetro.
Las minas están situadas en una alta montaña que se extiende de norte a sur, y aunque hay un gran número de ellas en la vertiente oriental, es en la parte occidental donde hasta ahora se han encontrado minas más ricas”.
Otro tema que describió A. Pesse, fue la extracción de plata, poco estudiado en ese entonces, tan solo en un mes extraían “18,886 kilogramos de plata fina, y las demás minas del distrito juntas produjeron casi la misma cantidad”, apuntó. También señaló en dicho informe, que todos los días salían caravanas para explorar, ya sea hacia el norte o hacia el sur.
Por último, sobre los habitantes detalló que en su mayoría eran chilenos y los bolivianos constituían mil trabajadores. Sobre los habitantes franceses detalló: “Los intereses franceses en Caracoles alcanzan hoy la cifra de varios millones de francos. Sólo el señor de Rivière representa al menos a tres o cuatro; una gran parte de las pequeñas empresas son francesas y quizás no haya una sola sociedad anónima que no tenga franceses entre sus accionistas”.
A manera de conclusión, a través de la presente nota damos a conocer un interesante documento, totalmente desconocido por la historiografía boliviana.