Grandes inversiones del Misterio de Tierras

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras invertirá más de 1.337 millones de bolivianos durante el presente año, según el titular de ese despacho burocrático del Estado Plurinacional. Ese aporte financiero se hará para brindar cooperación a familias campesinas de comunidades originarias y estaría destinado a asegurar la ofrecida seguridad de la población, la cual actualmente se abastece de productos importados por el Estado y privados, así como por el contrabando de alimentos desde Perú, Chile, Argentina y Brasil.
El objetivo del denominado “Programa empoderar” es “realizar una inversión significativa en proyectos productivos y de infraestructura a fin de potenciar la decreciente la producción y garantizar la seguridad alimentaria”.
La autoridad explicó que “el componente de infraestructura” tendrá “una inversión” de más de 223 millones de bolivianos para mejorar los caminos, construcción de puentes, mejoramientos de pequeñas represas, de tierras de cultivo, edificación de centros de acopio y equipamientos de sectores productivos” para alrededor de 16 mil familias productoras. Para otros componentes, como las llamadas alianzas comunitarias y productivas, también se destinará elevados montos.
Para no quedar corto en sus ofrecimientos, el coordinador de ese proyecto sostuvo que se tendrá financiación por parte de varias entidades internacionales, por nada menos que más de 100 millones de dólares para puentes y caminos rurales. Ese apoyo económico externo, será objeto de estudio en la Asamblea Legislativa para revisión y aprobación.
En esa forma, en total la disponibilidad de dinero para procurar la seguridad alimentaria provendrá de aportes del Estado y de organismos extranjeros. Sin embargo, dichas autoridades no hicieron alguna referencia a las inversiones y obras anunciadas durante el año anterior, de las que ahora se desconoce su existencia.
Según informaciones, las futuras inversiones en el medio rural serán principalmente para caminos, puentes, etc., no precisamente para activar la paralizada actividad agrícola, la recuperación de las áreas abandonadas, resolver el problema de la falta de semillas, herramientas, etc. No es tratada la base del problema, sino que se sigue ofreciendo proyectos fantasiosos, de cuyos resultados se duda.
Pero la cuestión no termina ahí, sino más bien empieza. En efecto, por más que sean hechas inversiones millonarias, la producción agropecuaria del medio rural del país no va a aumentar, ni en ganadería, porque el problema de la tierra se agrava día que pasa. En esa forma, las anunciadas inversiones serán otro fracaso y la entrega de esa gran cantidad de dinero será como echar agua en la arena. Al parecer la lógica del gobierno se basa en un admirable amor a las pérdidas.