El nuevo Q6 e-tron debe ser el auto que relance la estrategia eléctrica de Audi.
La llegada de la movilidad eléctrica no ha sentado por igual a todas las marcas. El reto de la movilidad sostenible ha supuesto todo un dolor de cabeza para algunas compañías. Dentro del mercado premium hay algunas marcas que están pagando las consecuencias de una mala programación. El caso más extremo es el de Jaguar, aunque Audi tampoco se queda corta. Los alemanes tienen problemas para calar entre la comunidad eléctrica y sus constantes cambios de opinión tampoco ayudan a calmar las aguas. Hay nueva estrategia en la casa de los cuatro aros.
Audi se ha dormido en los laureles a la hora de afrontar la nueva etapa de la industria. Los autos eléctricos ya no son el futuro, sino toda una realidad. El Grupo Volkswagen fue de los primeros en querer dar el salto, pero la jugada no está saliendo como se esperaba. Los problemas y los constantes retrasos han sido la tónica general tras cada lanzamiento. Las ventas avanzan, pero más despacio de lo que muchos habían pronosticado. Volkswagen es la casa que más unidades ofrece, con cinco unidades diferentes en los concesionarios. Le sigue Audi con cuatro.
Conversión eléctrica en 2033 y último modelo de combustión en 2026
Un buen número, pero escaso si lo comparamos con la oferta de sus más inmediatos perseguidores. BMW cuenta con siete modelos y ocho carrocerías diferentes. Si miramos a Stuttgart, a Mercedes, contemplamos hasta 8 unidades totalmente eléctricas, incluyendo las versiones de pasajeros de dos de sus furgonetas. El problema no sólo reside en la diferencia de unidades, sino en la excesiva longevidad de algunos de ellos como el Audi e-tron GT. La berlina eléctrica está considerada como la hermana melliza del Porsche Taycan y si bien tiene muy buenas características, su tiempo parece haber pasado. Las ventas son totalmente residuales.
Tal es la situación que ha habido un cambio de sillas en la cúpula de Audi. Tras el despido de Markus Duesmann como CEO de la compañía, su nuevo máximo responsable, Gernot Döllner, se ha mostrado muy crítico con su predecesor. Las ventas de Audi en todo el mundo se han ralentizado y el año pasado casi son superados por Tesla. Una firma 100% eléctrica que sólo tiene cinco coches a la venta. Nada más inaugurar el presente curso, Audi reconoció que se iba a tomar un respiro en su estrategia eléctrica ante una más que previsible ralentización del mercado. El coche eléctrico no iba a centrar toda su atención para así evitar el auge de las marcas chinas.
Poco a poco Audi ha ido introduciendo unidades a la familia e-tron. Se esperan algunas más.
No hace ni tres meses de esas declaraciones cuando ahora nos enfrentamos a una postura diferente. Audi sí lo apostará todo al auto eléctrico, aunque su estrategia será «flexible» y estará determinada por el comportamiento de sus clientes. En Ingolstadt esperan eliminar sus modelos ICE en 2033, pero el propio Döllner ha asegurado que no descartan retrasar la fecha si la demanda de autos eléctricos no asciende. El último modelo desarrollado para combustión se presentará en 2026 y a partir de ahí toda la gama irá mutando, lentamente a la movilidad con baterías. «Si hay altibajos podemos reaccionar con flexibilidad».