Por: Lic. Héctor Molina
¿Qué son los verboides?
Si bien no es un término que forme parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). La noción, de todos modos, se emplea para nombrar a las palabras que parecen verbos pero que, a nivel sintáctico, actúan de un modo diferente. Dicho de otro: un verboide es un verbo que adopta una forma impersonal.
Los verboides se caracterizan porque no tienen tiempo, ni persona, ni número, en cambio. La diferencia de los verboides y los verbos es que los últimos si tienen tiempo, persona, número y género.
Tipos de verboides
Debido a que los verboides no se conjugan en primera, segunda o tercera persona, no son verbos, sino una clase diferente de palabra. Los verboides pueden ser infinitivos, gerundios o participios.
En el caso de los verboides infinitivos, terminan en “ar”, “er” o “ir” y actúan como sujeto, sustantivo, en la oración.
Veamos un ejemplo. En la expresión “Abrir puertas es más difícil que cerrarlas”, el verbo es “es”. Como se puede advertir, “abrir” no actúa como verbo, sino que es el núcleo del sujeto, que se forma junto al objeto directo “puertas”. El sujeto de la oración, por lo tanto, es “abrir puertas”.
Los verboides gerundios finalizan en “ando” o “endo” y funcionan como adverbios. Por ejemplo: “Recordando que el camino está congelado, instalamos cadenas en las ruedas”. El verbo es “instalamos”, mientras que “recordando” permite el desarrollo de una construcción de tipo circunstancial.
Los verboides participios, por último, terminan en “ado” o “ido”. Actúan como adjetivos y pueden recibir los modificadores de los verbos: “Ricardo estará golpeado, pero Juan está destruido”. En esta expresión, “golpeado” y “destruido” son formas adjetivas de “golpear” y “destruir”.