Los bolivianos hemos encarado nuestros problemas, posiblemente los más difíciles, sin la mediación de actores ajenos. En ese marco, hemos recuperado, el 10 de octubre de 1982, la democracia, vigente hasta nuestros días. Hemos superado, asimismo, la funesta hiperinflación, del régimen populista de los años 80 del siglo pasado. Con trabajo duro, pusimos la casa en orden. Pero no faltaron quienes, en los últimos tiempos, incurrieron en retroceso, que significó el desorden socio económico.
Somos capaces de marcar, por lo visto, nuestro destino, sin la injerencia de extranjeros, obtusos y frustrados, quienes no conocen la realidad nacional ni la idiosincrasia boliviana. Solo estuvieron interesados en ideologizar al país y a poblaciones del área rural en particular. Aquellos que conculcaron la libertad, persiguiendo, descalificando y encarcelando a los que pensaban diferente, con el objeto de consolidar el autoritarismo, ¿con que moral política pretenden darnos lecciones de conducta democrática? Están equivocados.
Ningún gringo, latino o chino, puede mediar en nuestros asuntos internos. Hemos madurado políticamente, en más de 40 años de democracia, como para elegir el camino que más nos interesa a fin de lograr el bienestar nacional. Estamos en condiciones de escoger, en las próximas elecciones, al hombre o a la mujer que tenga a bien conducir la nave del Estado, en un sistema de libertades, pero sin dar cabida a insinuaciones ajenas, sino por una decisión propia.
“Un grupo de ellos –del Grupo de Puebla– vino al país, para atender asuntos como la decadencia del plan populista que enarbola. Asimismo, vino a arreglar problemas de carácter nacional, en abierta intromisión en política interna, aunque actuando en forma reservada y hasta clandestina. No se sabe en forma oficial qué misión trajo a nuestro país a esos visitantes y solo se tiene referencias vagas de sus actividades, algunas de las cuales se realizaron entre gallos y medianoche y, según se deduce de las informaciones que circularon al respecto, sin el efecto que buscaban”, señala la nota editorial, de un conocido medio periodístico (*).
Que nadie, en este contexto, por desesperación o angurria por el Poder, acuda, en busca de respaldo u orientación política, a personajes foráneos, cuestionados inclusive en sus propios países, sabiendo que éstos serán objeto de repudio, en cuanto hayan pisado suelo boliviano, por haber asumido, obviamente, el despropósito de intervenir en nuestros asuntos internos. La presencia de ellos, en territorio patrio, significará la vulneración de la soberanía nacional, que tanto nos ha costado preservar. Vulneración que no está permitida, en ningún país del mundo.
En suma: los bolivianos somos capaces de solucionar nuestros problemas internos, lo hicimos siempre, sin la presencia de ciertos extranjeros entrometidos, tanto de la derecha como de la izquierda, quienes solo tratan de expandir sus intereses particulares.
(*) “Visita relámpago del Grupo de Puebla”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 24 de marzo de 2024.