El 2004 Yuri Lvovich Slezkine, autor ruso-judío radicado en Estados Unidos, publicó el fascinante libro “El Siglo Judío”. Historiador, intérprete y sovietólogo de profesión, Lvovich fue, por casi una década, director del Instituto de Estudios Eslavos, de Europa del Este y Euroasiáticos de la Universidad de California. Además de sostener que “la edad moderna es la edad Judía, y el siglo veinte en particular, es el siglo judio”, el aporte de Yuri radica en la clasificación que hace de este grupo como “mercurianos”.
Hermes y Mercurio. Las sociedades tradicionales (no necesariamente sociedades post-industriales) se pueden dividir en dos categorías básicas: quienes producen comida (cultivan la tierra y ganado) y quienes proveen servicios (cultivan personas y símbolos). Este segundo grupo es también conocido como “minoría intermediaria”. Normalmente conformada por forasteros, su principal función es unir a productores y consumidores. Los judíos en Rusia o Europa, los indios en África del Este, los armenios en el Imperio Otomano, los parsis en Bombay, los chinos en Indonesia y los gitanos son un ejemplo.
Estas diásporas no se casaban, fraternizaban, pero tampoco antagonizaban con sus anfitriones, lo que les dejaba en una posición bastante flexible. Por ejemplo, varios gobernantes los usaban para cobrar impuestos o ser contratistas de ejércitos. Eran admirados, pero también temidos y despreciados por los lugareños productores de comida quienes no entendían el rol del mercante o del intermediario, pues parecían producir nada.
En la antigüedad, el dios Hermes en Grecia y luego Mercurio en Roma (y las respectivas contrapartes en otras culturas) representaban a estos grupos. Hermes era el dios de quienes no cuidaban de animales, araban el suelo o vivían por la espada. Pero si el patrón de los viajeros que cruzan las fronteras, de los intermediarios, del comercio, del ingenio y la astucia. Al mismo tiempo, era el dios de los que rompen las reglas, de los ladrones y mentirosos. Después de todo, gracias a sus sandalias con alas, Hermes podía viajar al inframundo.
Posiciones de poder. Con el tiempo, muchas de estas diásporas lograron construir fuertes posiciones de poder económico gracias a sus roles. Por ejemplo, los parsis de Bombay –originalmente refugiados zoroastros en la India– comenzaron como vendedores ambulantes y proveedores de licores. Posteriormente incursionaron en el comercio internacional y préstamo de dinero hasta convertirse en los principales banqueros y dueños de industrias. Caso similar ocurrió con los armenios en el Imperio Otomano.
Y es que precisamente, los mercurianos –una categoría más clara que la de “burgueses” o “globalistas”– fueron los más grandes beneficiarios del capitalismo, la industrialización, la urbanización, la globalización y, más recientemente, la financiarización de la economía. Nadie sabía ser mejor mercuriano que ellos mismos.
Las tres peregrinaciones. Luego del colapso de la “Zona de Asentamiento” en el antiguo Imperio Ruso, los judíos se embarcaron en sus “tres peregrinaciones mesiánicas”: hacia Rusia, Palestina y Estados Unidos. En el primer lugar, tuvieron gran influencia en la creación de la Unión Soviética –otra historia fascinante– aunque perdieron mucho de su poder con el ascenso de Vladimir Putin. En el segundo, crearon su propio Estado. En el tercero se consolidaron como una de las elites más importantes. Esto en parte fue posible gracias al tabú que existe sobre el poder judío en Washington. No obstante, en los últimos años, desde que Elon Musk compró Twitter y desde que Israel comenzó su brutal ofensiva en contra de Gaza, la población local estadounidense comienza a darse cuenta de quiénes controlan su sistema político.
¿Es el comienzo del fin del siglo judío? No importa si lo es, pues poco a poco comienzo a entender las palabras de Lvovich: “La modernización, en otras palabras, trata de que todos se vuelvan judíos”.
MSc Álvaro Montenegro Pinto es Analista Internacional especializado en Medio Oriente. Es autor de los libros “A Role Theory Analysis of Turkey – Bolivia Relations” (2021) y “Escritos Sobre Política Internacional, Nacional y Otros” (2023).
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