Un nuevo estudio urge a incorporar el carbono inorgánico en las estrategias de mitigación del cambio climático como una palanca adicional para mantener y mejorar el secuestro de carbono.
El carbono del suelo generalmente se refiere al componente de materia orgánica de los suelos, conocido como carbono orgánico del suelo (COS). Sin embargo, el carbono del suelo también tiene un componente inorgánico, conocido como carbono inorgánico del suelo (SIC). El SIC sólido, a menudo carbonato de calcio, tiende a acumularse más en regiones áridas con suelos infértiles, lo que ha llevado a muchos a creer que no es importante.
En un estudio publicado en Science, investigadores dirigidos por el profesor Huang Yuanyuan del Instituto de Ciencias Geográficas e Investigación de Recursos Naturales de la Academia China de Ciencias (CAS) y Zhang Ganlin del Instituto de Ciencias del Suelo de CAS, junto con sus colaboradores, cuantificaron la reserva global de SIC, desafiando la visión convencional.
Los investigadores encontraron la friolera de 2.305 millones de toneladas de carbono almacenadas como SIC en los dos metros superiores del suelo en todo el mundo, lo que es más de cinco veces el carbono encontrado en toda la vegetación del mundo combinada. Esta reserva oculta de carbono del suelo podría ser clave para comprender cómo se mueve el carbono en todo el mundo.
“Pero aquí está la cuestión: esta enorme reserva de carbono es vulnerable a los cambios en el medio ambiente, especialmente a la acidificación del suelo. Los ácidos disuelven el carbonato de calcio y lo eliminan como dióxido de carbono gaseoso o directamente al agua”, señala el profesor Huang en un comunicado.
“Muchas regiones de países como China e India están experimentando acidificación del suelo debido a las actividades industriales y la agricultura intensiva. Sin acciones correctivas y mejores prácticas de suelo, es probable que el mundo enfrente una perturbación del SIC en los próximos 30 años”, añadió.
Las perturbaciones del SIC acumuladas a lo largo de la historia de la Tierra tienen un profundo impacto en la salud del suelo. Esta alteración compromete la capacidad del suelo para neutralizar la acidez, regular los niveles de nutrientes, fomentar el crecimiento de las plantas y estabilizar el carbono orgánico. Esencialmente, el SIC desempeña un doble papel fundamental: almacenar carbono y respaldar las funciones de los ecosistemas que dependen de él.
Los investigadores revelaron que cada año se pierden aproximadamente 1.130 millones de toneladas de carbono inorgánico de los suelos a las aguas continentales. Esta pérdida tiene implicaciones profundas, pero a menudo pasadas por alto, para el transporte de carbono entre la tierra, la atmósfera, el agua dulce y el océano.
Si bien la sociedad reconoció la importancia de los suelos como parte fundamental de las soluciones basadas en la naturaleza para combatir el cambio climático, gran parte de la atención se ha centrado en el COS. Ahora está claro que el carbono inorgánico merece igual atención, según los autores.
Este estudio destaca la urgencia de incorporar el carbono inorgánico en las estrategias de mitigación del cambio climático como una palanca adicional para mantener y mejorar el secuestro de carbono. Los programas internacionales como la «iniciativa 4 por mil», que apunta a aumentar (principalmente) el COS en un 0,4% anual, también deberían considerar el papel fundamental del carbono inorgánico en el logro de objetivos de gestión sostenible del suelo y mitigación del clima.
Al ampliar la comprensión de la dinámica del carbono del suelo para incluir carbono orgánico e inorgánico, los investigadores esperan desarrollar estrategias más efectivas para mantener la salud del suelo, mejorar los servicios ecosistémicos y mitigar el cambio climático. (Europa Press)
Reserva de carbono queda fuera de cálculos climáticos
> Las perturbaciones del SIC acumuladas a lo largo de la historia de la Tierra tienen un profundo impacto en la salud del suelo.
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