miércoles, julio 24, 2024
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Elecciones en dictadura

Eric L. Cárdenas del Castillo

El sistema de gobierno democrático, hoy de vida, tiene como uno de sus pilares fundamentales, la libertad de los ciudadanos para elegir a sus gobernantes y cómo quieren que los gobiernen, mediante el procedimiento legalizado del sufragio. Es decir del voto a través del cual los ciudadanos expresan su voluntad de elegir. Pero este proceso se lo realiza por medio del sistema de partidos políticos, que son organizaciones que tienen como finalidad la toma del poder a través de las elecciones, con sus propuestas ideológico-programáticas. De donde inferimos que estos elementos constituyen el mecanismo de libre participación ciudadana.
En una sociedad establecida de acuerdo con las leyes, las elecciones, los partidos y las libertades ciudadanas, debe haber el amparo de normas y leyes, partiendo de la Constitución Política y, más aún, han sido dictadas normas internacionales que tutelan los derechos de libre expresión, ya sea por el voto o la palabra. Es decir que debe existir una situación de libertades plenas, para que los individuos desarrollen su vida en todos los ámbitos de la actividad humana lícita, comenzando por la libertad de elegir, que está normada en el Derecho Electoral.
En los tiempos que vivimos, pese a los grandes avances en ciencia y tecnología y en la calidad de vida de la sociedad humana, en pleno Siglo XXI, era del conocimiento, todavía son arrastrados los males de la sociedad del pasado, entre ellas, la restricción a las libertades de los individuos, en sociedades sometidas al autoritarismo de dictadores, que a través de la violencia, la represión y el matonaje, se mantienen en el poder, cercenando las libertades, entre ellas de la libre expresión a través del voto.
Las dictaduras oprobiosas que perviven en el mundo, hacen simulacros de elecciones para elegir a los gobernantes, pero como carecen de virtudes democráticas, las elecciones que promueven, resultan actos fraudulentos, en los que tiene que ganar el caudillo (cacique) gobernante. Para ello se arma todo un aparato de fraude, comenzando por las autoridades electorales, que son las que deben organizar y administrar unas elecciones libres, pero que lejos de aplicar las normas y procedimientos, responden en sus actos al poderoso que los ha designado.
Con objeto de asegurar su falso triunfo electoral, los dictadores, liquidan el sistema de partidos políticos y llegan al caso, como hemos visto recientemente en Rusia y Venezuela, que se hacen elecciones impidiendo que candidatos de oposición participen de la consulta electoral, encarcelándolos e incluso asesinando a quienes puedan tener éxito. A su vez promueven candidaturas de falsos opositores que reciben canonjías. Esta simulación democrática, es parte del sistema autoritario de gobierno, que controla todo lo que sucede en las sociedades que han caído bajo estos regímenes.
Si bien en estos tiempos de fuertes interrelaciones internacionales, los ojos del mundo están observando todo lo que sucede, los gobiernos autoritarios, buscan también el respaldo de otros regímenes dictatoriales, de tal manera que éstos actúan cual cofradías confesionales, respaldando todas las acciones de los asociados, no importa cuán reprobables sean. Estas oprobiosas dictaduras han provocado que millones de individuos abandonen sus países de origen, dejando sus bienes y familias, en busca de mejores condiciones de vida y, por supuesto, libertades.
La sociedad de libertades que emergió de la mente de destacados filósofos y de la Revolución Francesa en 1789, en lo que se ha denominado la filosofía liberal, es ahora parte fundamental de la democracia como sistema de vida.
En nuestro país hemos vivido una grave crisis a finales de 2019, originada precisamente en unas elecciones fraudulentas que provocaron la caída del gobierno populista de Morales Ayma y su huida, y aún hoy repercuten en las políticas de gobierno, que con objeto de negar ese escandaloso fraude, ha lanzado la “cantaleta” del golpe de Estado, como la ha bautizado monseñor Jesús Juárez, Arzobispo de Chuquisaca, como pretexto para encarcelar a cientos de individuos que padecen la cárcel. Cuando el mismo ex presidente Evo Morales, anuló esas elecciones y retiró de sus funciones a los miembros de Tribunal Electoral.
La misión de la OEA que vino a pedido expreso del entonces presidente Morales Ayma, en su informe sostuvo que en las elecciones se produjeron irregularidades, las que fueron resumidas en el Pronunciamiento de la OEA de 9 de agosto de 2023 sobre esas elecciones en los siguientes términos: “La elección de octubre de 2019 en Bolivia, es probablemente la peor de todas. Constituye una vergüenza hemisférica por el cúmulo de irregularidades y la manipulación flagrante del proceso electoral”.
Creemos que debe cerrarse este lamentable episodio de la vida política del país, poner en libertad a los encarcelados y pasar la página de la historia, a nuevos tiempos que nos permitan desarrollarnos en plenitud de derechos y libertades.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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