Las autoridades de Honduras se encuentran consolidando su sistema de protección social en un intento por paliar la pobreza extrema y la fuerte desigualdad a la que se enfrenta la población local en el marco de una política impulsada por el Gobierno de la presidenta, Xiomara Castro, que accedió al cargo hace más de dos años.
El ministro de Desarrollo Social, José Carlos Cardona, explicó ayer que bajo el Gobierno de Castro se registraron avances que llevaron a que el sistema sea considerado un «éxito» a nivel regional por encontrarse a la «vanguardia» tras años de pobreza sistemática y «gobiernos autoritarios».
Así se pronunció durante un acto celebrado en la sede en Madrid de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) en el que abordó el sistema de protección social en Honduras, un país tan pobre donde todo está por hacer, tal y como resaltó
«Tenemos un enorme reto por delante», aseveró antes de matizar que la meta del Gobierno es reducir al 20 por ciento el nivel de pobreza en el país, algo que podría llevar dos décadas. «Honduras estaba atrofiado económicamente», manifestó.
«Tras el golpe de estado de 2009 destruyeron el país y ahora vamos a tardar el doble o el triple en reconstruirlo», lamentó, si bien puntualizó que países como Guatemala, El Salvador o República Dominicana solicitaron consejo al Gobierno hondureño.
En este sentido, abogó por lograr ciudadanizar a la gente que quedaba hasta ahora marginada por el Gobierno. Para ello, continuó, el sistema cuenta con seis ejes que van desde la educación, la sanidad, la infraestructura y el medio ambiente, hasta la oportunidad de ingreso y la protección social, entre otras cuestiones.
«Los desafíos en todos los grupos que abordamos son enormes. Es muy complejo y cualquier inversión pública en estos grupos no es universal ni es completa, no se está cubriendo el cien por cien de la vulnerabilidad social. Llegamos a un 40 por ciento», destacó.
«El 80 por ciento de la población no tiene cuenta bancaria y el acceso a la tecnología es mínimo. Tenemos una diáspora de casi dos millones de personas, en España hay una diáspora grandísima. Los jóvenes se van, y esto hace compleja una focalización por demanda. La pobreza no tiene color político, las personas son pobres independientemente de sus creencias y adscripción política», sostuvo.
Cardona resaltó a su vez que entre los objetivos del Gobierno se encuentra la medición de la pobreza extrema urbana, la cual es muy difícil de medir. «Es difícil definir la metodología y tenemos ya una base para abordar este tipo de pobreza en ciudades como Tegucigalpa», dijo antes de detallar que más de la mitad de la población de la capital vive en la pobreza.
El ministro, que expresó que confía en que Castro renueve su mandato en las elecciones previstas para 2025, señaló que el Gobierno espera un crecimiento significativo de la economía y incidió en la necesidad de una gran mano de obra para sacar el país adelante.
EDUCACIÓN Y SALUD
Sobre la situación sanitaria y la educación, afirmó que existe un enorme reto por delante. «No tenemos mano de obra para los hospitales y hay que mandar al extranjero a 800 jóvenes para que luego sean contratados. Estamos trabajando en la ley del sistema integral de seguridad social» aseveró.
«Anteriormente se mercantilizó la salud de modo que todo el mundo estudió carreras básicas y se quedó en el sector privado porque es muy fácil asaltar a la gente, que es lo que hace un médico que no tiene conciencia. Ahora venimos a España a pedir que nos ayuden a enseñar a más jóvenes», puntualizó.
Por su parte, el secretario general Iberoamericano, Andrés Allamand, recordó que el 65 por ciento de la población está en situación de pobreza, casi el doble que el promedio de la región, al tiempo que alabó el enfoque de la presidenta, el cual considera «muy moderno».
Allamand, que explicó que los problemas estructurales de América Latina son la extrema pobreza y la desigualdad, aclaró que la región acumula aproximadamente un 30 por ciento de la pobreza. «En Honduras esto supone un tremendo desafío para el ministro Cardona. Además de estos problemas de pobreza tenemos una desigualdad importante. No es la región más pobre del mundo, pero sí la más desigual», advirtió.
«Esto se expresa también en la brecha entre hombres y mujeres, entre jóvenes y viejos (…) hay más pobreza en el campo que en la ciudad y entre los pueblos originarios», declaró antes de hacer hincapié en que muchas veces los problemas que tienen que ver con la pobreza no están articulados en la dirección adecuada, y muchas veces vemos fenómenos de disfuncionalidad en los programas.
Así, destacó la importancia de contar con una planificación estratégica por parte del nivel más alto de poder y recordó que la pobreza solo se puede combatir mediante el crecimiento económico y políticas públicas sociales. (Europa Press)