N. de R.- A raíz de recientes revelaciones sobre lo que está sucediendo con el proceso llamado “industrialización del litio” que para expertos es considerado un fracaso, reproducimos una importante nota sobre el tema, publicada en EL DIARIO de 17 de junio de 2014.
Desde el 1 de abril de 2008 han pasado más de seis años del inicio del proyecto de producción de carbonato de litio (Li2CO3) y cloruro de potasio (KCl), a cargo de Comibol en el Salar de Uyuni, y la fabricación de baterías de litio para el accionamiento de automóviles eléctricos, etapa en la que recién pueden intervenir empresas extranjeras privadas, sin que hasta la fecha se haya conseguido lo planificado, pese a las muchas postergaciones de la producción en escala piloto, transformada después en semiindustrial, en que se proyectó producir mensualmente 40 toneladas de Li2CO3 y 1.000 toneladas de KCl. Hasta mediados de 2013 se consiguió una pequeña producción de KCl y una insignificante producción de Li2CO3 de pureza menor al 99,5% (grado batería). La ilógica explicación dada por el gerente de la Gerencia Nacional de Recursos evaporíticos (GNRE), Sr. Alberto Echazú, fue que la producción de Li2CO3 sería en escala piloto y la de KCl en escala semiindustrial, siendo así que la producción de ambas sales debe provenir de la misma cantidad y calidad de salmuera bombeada.
En 20/11/09 (La Patria) Echazú indicó que técnicos bolivianos patentarían un método para producir Li2CO3, luego el 27/07/11 (La Razón) dijo que los técnicos “han resuelto satisfactoriamente la complejidad de las salmueras del Salar de Uyuni”. Posteriormente indicó (La Razón 04/01/12) que la producción de Li2CO3 solo por evaporación solar es muy larga, no rentable y de baja recuperación, por lo que se usarían químicos para el proceso. En julio de 2012 el ex ministro de Minería y Metalurgia, José Pimentel, dijo “La explotación de recursos evaporíticos es una nueva industria, actividad para la cual lamentablemente no tenemos recursos humanos ni la tecnología apropiada”.
A octubre de 2013 se gastaron 100 millones de dólares (M$us), en el proyecto que, según Echazú, hasta la fabricación de baterías costaría 1.000 M$us. En escala industrial se ha proyectado producir anualmente 30.000 toneladas de Li2CO3 y 700.000 toneladas de KCl. Sin haberse demostrado en las etapas piloto o semiindustrial el funcionamiento del método de evaporación solar, ya se iniciaron los trabajos para entrar a la etapa industrial e inclusive empezó a operar una planta piloto para la producción limitada de pequeñas baterías de litio para usar en laptops, cámaras fotográficas, etc., seguramente con Li2CO3 comprado del exterior.
En diferentes artículos primero manifesté mis temores y luego mi convicción de que el método de evaporación solar no es adecuado para producir Li2CO3, porque la tasa anual de evaporación mencionada por Donald Garrett en 2004 (1.500 mm) era mucho menor que la del Salar de Atacama (3.200 mm), donde el método de evaporación funciona exitosamente desde décadas atrás y la tasa de pluviometría (200-500 mm) mucho mayor que en Atacama (10-15 mm). Para empeorar el panorama, en los últimos años la pluviometría subió mucho en el Salar de Uyuni.
Otro factor negativo que se hizo notar es la perjudicial relación magnesio/litio (Mg/Li) que en Atacama es 6/1, mientras en Uyuni es 19/1 según Pedro Pavlovic (2004). Cuanto más alta la relación, más difícil la purificación del Li2CO3.
Recién en 04/06/14 el ministro de Minería y Metalurgia, César Navarro, admitió que existe un retraso muy fuerte en el proceso de industrialización del litio, provocado por el desarrollo “criollo” de recursos tecnológicos y anunció una evaluación del mismo. Es recomendable que dicha evaluación sea realizada por técnicos extranjeros expertos en estos procesos.
Vuelvo a pedir que para aclarar lo que está ocurriendo en el Salar de Uyuni, la GNRE indique y demuestre que el método de evaporación solar es adecuado para producir Li2CO3 grado batería, con adecuada recuperación y obviamente en forma rentable. Contando con todos los necesarios equipos, laboratorios, estaciones meteorológicas, etc. y pese a los interrogantes planteadas, hasta la fecha no se ha hecho conocer datos elementales como:
a) Contenidos medios de litio y potasio en las salmueras.
b) Relación Mg/Li.
c) Tasas de evaporación y pluviometría.
d) Volumen y pureza media del Li2CO3 y KCl producidos.
e) Recuperaciones del Li2CO3 y KCl.
f) Volumen, profundidad y área de las piscinas de evaporación.
Planteo el último punto porque con el propósito de acelerar la evaporación, se estarían construyendo piscinas poco profundas, que representarían un área y un gasto de membranas de impermeabilización, terraplenes, etc. mucho mayores, que además afectaría ambientalmente a una mayor superficie del Salar de Uyuni, elegido como Maravilla Natural del Mundo.
Para evitar mayores gastos (que pueden ser inútiles) en este complicado e incierto proyecto, es urgente evaluarlo de inmediato, para saber el estado real en que se encuentra. Si es necesario y como ya lo indiqué en otro artículo, habrá que adquirir nueva tecnología (más asesoramiento y formación técnica), para evitar su naufragio.