El 5 de noviembre de 1938 nació César Luis Menotti en Rosario, Argentina y el domingo 5 de mayo de 2024, se apagó su existencia; la existencia que fue más productiva para el fútbol mundial, no solo porque hizo que Argentina levante por primera vez la Copa Mundial en 1978, sino porque como entrenador, desarrolló la mayor y más exacta teoría sobre la forma correcta de jugar al fútbol.
“El Flaco” como le decían sus cercanos y luego los millones de seguidores que ganó, comenzó siendo futbolista salido de las canteras rosarinas y llegó a ser la figura más influyente en el futbol mundial.
El 25 de junio de 1978, cuando Argentina definió la Copa Mundial frente a Países Bajos y al alzarla, después de un 3-1 imborrable, el DT Menotti, reunió al grupo de los campeones después de la euforia y les preguntó: “¿Y ahora qué?”… antes de empezar el partido les había recomendado: “Miremos a la tribuna. Nosotros jugamos para quienes están ahí. Defendamos un estilo, sin trampa, sin mentiras, con dignidad, jugando por la historia que hoy nos pertenece: nuestro fútbol”… y luego ese “¿y ahora qué?” se convirtió en una lucha permanente para el fútbol argentino: Mundial Japón ’79, giras por Europa, partidos internacionales en Argentina, España ’82, Barcelona FC… siempre con la intención de dar una respuesta a esa frase.
Es que Menotti no simplemente buscaba ganar y ser campeón, sino que vivía el fútbol desde el corazón, creía en ganar jugando bien y de manera limpia, con respeto al rival y al pasado de todos; de cada uno de los jugadores. Pregonaba el compañerismo y la autoestima.
En este último punto, en cierta ocasión dialogó con Diego Armando Maradona, quien le expresó su temor por el poderío de los jugadores alemanes, antes de un partido: “César, los alemanes son fuertísimos”, le dijo Diego, a lo que Menotti, con la tranquilidad y seguridad que le caracterizaba le respondió: “ ¿Fuertes? , no diga bobadas, si a cualquiera de estos rubios lo llevamos a la casa donde usted creció, a los tres días lo sacan en camilla…fuerte es usted que sobrevivió a toda esa pobreza y juega al fútbol diez mil veces mejor que estos tipos” ( relato de Jorge Valdano).
Para El Flaco, el fútbol “pertenece a la clase obrera”, en sus magistrales diálogos con Ángel Cappa, una y varias veces repetía: “Nuestro fútbol pertenece a la clase obrera, y posee la amplitud, la nobleza y la generosidad de permitir que todo el mundo disfrute de él como espectáculo”.
Es que Menotti creyó y lo dijo que el mejor fútbol es aquel que emerge de las calles, de los niños que no necesitan mucho dinero ni materiales para desarrollar su aptitud. “Con las medias de la mamá hicieron su pelota de trapo, esa es la grandiosidad de este deporte, que le permite al niño de cualquier estatus social, expresarse”, dijo y sentenció “el fútbol es el medio de expresión del chico en Latinoamérica”.
Entre tantas concepciones salidas de su conocimiento, Menotti afirmaba : “ A nosotros nos falta convicción, des-angustiarnos. En lugar de perder tiempo con jugadas de laboratorio, prefiero trabajar sobre la idea futbolística”. Lo dijo en 1974 cuando se hizo cargo de la Selección Argentina y resumió su objetivo de lucha en el esfuerzo que se consolidó en triunfo: “Volver a las fuentes de verdad, y en el camino, recomponer la autoestima del fútbol nacional”. Eso intentó hacer durante toda su vida y lo logró porque no solo fue el arquitecto de la reconstrucción de su seleccionado, sino que marcó pautas para desarrollar de forma correcta el fútbol, volviendo a sus raíces, que lo hacen un deporte masivo, del pueblo y exquisito ante los ojos del aficionado que con el simple hecho de admirarlo, desarrolla un lenguaje universal.
“Es necesario tener respeto a lo que el juego significa. Jugar es una maravillosa palabra, hasta en el amor (…)”, dijo también El Flaco.
César Luis Menotti dejó un amplio legado de reflexiones ciertas que conducen a la hinchada, a los futbolistas, a los periodistas y al deporte en sí hacia un camino correcto para desarrollar de forma correcta el principio fundamental del fútbol que es el juego limpio. (GHILKA SANABRIA)