martes, julio 23, 2024
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Industrias inútiles sin gas ni energía

Ciertos populistas llegaron al poder ofreciendo al pueblo el cielo y las estrellas y, especialmente, industrializar al país con grandes empresas que darían trabajo a miles de obreros y ganancias al Estado providencial. Pero, ofuscados por las delicias del goce del gobierno y que las arcas del Estado estaban a su disposición para hacer toda clase de gastos, generalmente con derroche, olvidaron sus promesas y se dedicaron a negociados.
Ese optimismo se evaporó y solo quedaron polvo y cenizas o faraónicas obras que costaron millones de dólares, pero que no llegaban a funcionar como se las había proyectado. Esas empresas fueron bautizadas como “elefantes blancos”, ya que no producen ganancias y con el paso del tiempo se convirtieron en un conjunto de fierros oxidados. Eso es lo que sucedió durante los catorce años de gobierno del MAS-IPSP encabezado por Evo Morales, que invirtió los fondos del pueblo en gigantes inservibles que no producen réditos, siendo los gastos de mantenimiento elevados y causando otras calamidades que merecen explicaciones.
A esos grandes monumentos al derroche y la irresponsabilidad, se sumaron otros de gran magnitud, entre ellos los que fueron adquiridos sin licitación pública, sin estudios previos y, finalmente, instalados en sitios donde no eran necesarios, lejos de los centros de consumo y sin comunicaciones. El colmo de la indolencia fue que fueron instaladas industrias donde no había materia prima suficiente. Más aún, donde no había energía para su funcionamiento. No se tomó en cuenta que esas maquinarias requerían electricidad, gasolina, gas, etc., para funcionar. Además, había que contratar mano de obra del exterior para poner en funcionamiento las empresas dependientes del Estado manirroto. Son muchos esos casos y su costo pasa de miles de millones de dólares.
Ahora bien, esa experiencia de falsas inversiones no es objeto de consideración y los errores son repetidos una y otra vez, lo cual no sirve para corregir proyectos y no volver a caer en el absurdo. Tal es el caso actual, puesto que, sin que haya gas, se quiere hacer funcionar empresas que lo utilizan y que a corto plazo pueden quedar paralizadas, como la planta de Bulo Bulo y otras. Sin ir más lejos, igual problema se reproducirá con el ilusorio plan de industrialización anunciado por el presidente Luis Arce Catacora.
No es, pues, aceptable que, sabiendo que el gas está en agotamiento y que hallar nuevos yacimientos y ponerlos en uso implica años, ahora se insista con la política de industrialización, creando posiblemente otros elefantes blancos. Finalmente, se debe iniciar una investigación sobre este problema, no solo para sancionar a los autores, sino para que errores de esta naturaleza no sean repetidos.

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