domingo, septiembre 1, 2024
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Ciencia y sociedad

Sobre puntos de vacunación

Ana María Pérez Mollinedo

Ya estamos cansados de las noticias políticas, el futuro de nuestra nación no depende de la elección de magistrados, tampoco del partido de gobierno, ni siquiera de la oposición. Todo lo contrario, daría la impresión de que los políticos están acabando con nuestro país, con las jubilaciones, con las empresas, con el medio ambiente por la explotación de oro legal o ilegal que efectúan los amigos asiáticos, por citar un ejemplo.
La salud debería ser primero. ¿No es consigna de los gobiernos de izquierda la salud? No basta con lo tarde que llegaron las vacunas contra la influenza este año; gente que tiene problemas de base, adultos mayores, ya en marzo se vacunaban para ingresar en la época fría. Y ahora, además de la tardanza, hay mala organización con los puntos de vacunación.
Sí, porque éstos están ubicados en centros de salud, por ello la gente no está yendo a vacunarse, por temor a contagiarse de otras enfermedades. Dónde están los puntos de vacunación que tenían en el SEDES, en la calle Capitán Ravelo, las carpitas ubicadas en El Prado, en las plazas San Pedro o San Francisco, ¿demanda un gran presupuesto, infraestructura o logística habilitar esas carpas de nuevo?
Acudimos a las carpas con tranquilidad a vacunarnos contra el COVID porque no eran centros de salud y no se realizaban pruebas para detección de esa enfermedad. Y mientras tanto, los casos de influenza, neumonías, aumentan. Cuidado ocasionen una epidemia de influenza y, peor aún, de neumonías que pueden ser mortales. Autoridades en salud, señor Viceministro de Defensa del Consumidor, colaboren para que sean repuestas esas carpas, cuiden a la población, además, no hay medicamentos por culpa del cuento sobre el dólar.
Las autoridades del Ministerio de Trabajo, deberían emitir una resolución por la cual los funcionarios públicos con resfríos y problemas respiratorios utilicen en forma obligatoria el barbijo. Y es que gente con baja médica sigue en las oficinas tosiendo, estornudando, silbando y hablando, contagiando a la gente. Esto mismo debería aplicarse en empresas privadas, universidades, locales de comidas, cines, etc. Debería ser una norma que la gente enferma utilice barbijo para evitar contagios y epidemias. El Ministerio de Salud nada hace sobre el uso del barbijo, y campañas de información, educación o normativas ayudarían. No era nomás decir “Ya no es obligatorio el empleo del barbijo”, pues mucha gente no tiene conciencia. Según información que nos hicieron llegar, a quienes por decir “póngase barbijo” o “tápese la boca” les tosen personas enfermas. Podemos ver que hay temas más importantes que los políticos, como la salud de todos y para todos.

E-mail: temasvc@yahoo.es

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