Las inversiones privadas en países de ingresos bajo y mediano fueron dirigidos a la producción de energía a nivel mundial, a pesar de alcanzar una cifra de $us 86.000 millones en 2023 el financiamiento en infraestructura, con respecto al 2022 se registró una caída de 5%.
Nuevos datos del Banco Mundial (BM) revelan que la inversión privada en infraestructura en los países de ingreso bajo y mediano ascendió a 86.000 millones de dólares en 2023. Las inversiones disminuyeron un 5 % con respecto a 2022, pero se mantuvieron a la par del promedio de los cinco años anteriores.
A pesar de la disminución de la inversión total, más países recibieron inversiones privadas en infraestructura, en una muestra más amplia de proyectos. En 2023, 68 países recibieron inversiones en 322 proyectos, frente a 54 países y 260 proyectos en 2022. Guinea-Bissau, Libia, Papua Nueva Guinea, Santo Tomé y Príncipe, además de Suriname lograron sus primeras transacciones de Participación Privada en Infraestructura (PPI) en más de una década.
El informe Private Participation in Infrastructure (Participación privada en infraestructura) data de 1984. En él, se realiza un seguimiento continuo de las inversiones en 10.000 proyectos de infraestructura en países de ingreso bajo y mediano. Dado que el financiamiento para infraestructura se está convirtiendo en una prioridad cada vez mayor para los países de todo el mundo, este conjunto de datos es un recurso importante para seguir los avances e identificar tendencias.
“Disponer de la infraestructura adecuada es crucial para que las personas vivan al máximo de su potencial. Con los presupuestos públicos bajo presión y un déficit de financiamiento en infraestructura que asciende a varios billones de dólares, es necesaria una mayor participación del sector privado para realizar proyectos de infraestructura”, afirmó el vicepresidente de Infraestructura del Banco Mundial, Guangzhe Chen.
“En el Banco Mundial, estamos haciendo todo lo posible para lograr este avance, a través de nuestra labor en materia de asociaciones público-privadas, nuestro programa de reestructuración de las líneas de garantías y los subsidios que otorgamos a los países más pobres del mundo”, agregó.
Las inversiones privadas en infraestructura disminuyeron en la mayoría de las regiones en 2023, con las notables excepciones de Oriente Medio y Norte de África y Asia oriental y el Pacífico. Oriente Medio y Norte de África continuó su trayectoria de crecimiento, con unos niveles de inversión en PPI que prácticamente se duplicaron, pasando de 1.400 millones en 2022 a 2.900 millones de dólares en 2023. La región de Asia oriental y el Pacífico volvió a los niveles de inversión anteriores a la pandemia después de sufrir un retraso de tres años, período en el cual se estaba recuperando de los efectos de la covid-19.
En cuanto a las tendencias sectoriales, la energía triplicó sus niveles de inversión en 2023, y la mayor parte de este aumento se dirigió a Asia oriental y el Pacífico. En línea con el continuo impulso mundial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el 97% de los proyectos de generación de electricidad fueron renovables en 2023, cifra superior al 93% registrado en el quinquenio anterior.
En lo que respecta a los países más pobres del mundo, 26 países miembros de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) recibieron compromisos de inversión por valor de 4.300 millones de dólares en 53 proyectos en 2023, lo que supone un aumento del 18% y un récord en cuanto al número de proyectos.
A nivel mundial
Inversiones privadas ponen su mirada en producción de energía
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