domingo, junio 30, 2024

Los incapaces

Manfredo Kempff Suárez

Reafirman que Evo Morales está inhabilitado para ser candidato a la presidencia por sexta vez y, sin embargo, los “evistas” dicen que, por las buenas o por las malas, el “padrino” del Chapare terciará en las elecciones, que no les importa lo que diga la Constitución ni sus intérpretes. Por otro lado, Arce está aparentemente dichoso, aunque sabe que la economía del país se está yendo al bombo día a día, pero él dice que todo está bien, que no hay crisis, y se prepara para ser candidato a su reelección. El odio desatado entre los “masistas” es tal, que ni la disputa por una amante fogosa entre dos galanes enamorados se le iguala.

Lo que menos quisiera es que mis cuantos lectores me vean como un columnista negativo, pesimista, devastado, porque no lo soy. Durante 40 años he escrito de todo: política, diplomacia, historia, libros, viajes, carnavales, comidas, añoranzas cruceñas, y amores tórridos. He escrito con el seudónimo de “Tacuara” durante mis años más jóvenes y luego con mi firma. Jamás he escondido mi autoría en la prensa y he debatido defendiendo mis ideas cuantas veces ha sido necesario.

Pero, disculpen mis amigos lectores, esto del MAS me tiene enfermo. Trato de evadirme de la realidad y ofrecer algo refrescante, divertido, y fatalmente caigo en el fango que está viviendo Bolivia desde hace casi tres lustros. Me parece impropio, mirar hacia otro lado y pasar por alto las bellacadas de los incapaces que rivalizan, que se insultan de narcos, rateros, burros, mentirosos, inútiles, pedófilos, ambiciosos, sinvergüenzas, pese a que en todo tienen razón. Alarma observar, en plena crisis económica, a dos personas que se enfrentan furiosos por apoderarse de una sigla partidaria (MAS-IPSP), cuando la gente se ha empobrecido, no hay dólares y escasea el combustible, cuando no queda ni el concho de las reservas en las bodegas del Banco Central. Mucho más si uno se pone a meditar y concluye en que nada de lo que se dice es falso.

Morales y Arce, por acción u omisión, son responsables de haber acabado con la riqueza gasífera. Bolivia pasó a ser del “centro energético” de Sudamérica (Morales dixit), a una nación que gasta miles de millones en la compra de combustibles y que ya incumplió con sus compromisos de venta de gas a Brasil y Argentina. Pero, como los inútiles también son mentirosos, resulta que pese a tener las reservas más grandes de litio del planeta y que íbamos a hacer funcionar a todos los automóviles del mundo (Arce dixit), solo hacemos salmueras, con lo que sí podemos hacer que hagan gárgaras muchos millones de enfermos de laringitis, lo que era remedio del siglo pasado y no de ahora.

Lo del litio es terrible, porque nuestro vecino, Chile, que no tiene las reservas más grandes del planeta (menos de la mitad que Bolivia) es el segundo productor mundial de litio. Naturalmente que está en relación con empresas del primer mundo y que vende a China, la Unión Europea, Estados Unidos y varias naciones del Asia. Sus ingresos por concepto de litio han superado a sus fantásticas exportaciones de cobre, lo que a buen entendedor significa que vende muchos miles de millones de dólares de ese carbonato de litio que es la materia prima para elaborar las baterías de los vehículos eléctricos. Además, Chile ha instalado industrias de litio nada menos que en otro continente, en Australia, hoy primer productor del orbe.

¿Y Bolivia? ¿Qué hacemos con tener más de 20 millones de toneladas de litio si no lo procesamos? ¿Qué importa si tenemos más del doble que Chile? Pues sucede que los incapaces que nos gobiernan han partido de la base clásica de los revolucionarios: “el litio es nuestro y no tiene que haber ninguna participación extranjera que nos robe”. ¡Kaput! ¡Nada de gringos ni de europeos! Chinos sí, y rusos también. Pues bien, ahí está el resultado. Otros mil millones de dólares invertidos y resulta que estamos lejos de llegar a una producción comercial de carbonato de litio. Y todo el programa se va paralizando porque esta otra empresa del Estado creada por los dos ineptos masistas, Yacimientos de Litio Boliviano (YLB), ha hecho mal 18 piscinas de la Planta de Carbonato de Litio, por diseños defectuosos, estructura deficiente y porque una gran cantidad de piscinas jamás fueron impermeabilizadas. La pérdida ha sido de 425 millones de bolivianos. Es una triste muestra del proceso de industrialización que con tanta alharaca proclama Arce.

Hace 14 años que los incapaces compinches anunciaron el inicio de la industria del litio y el resultado no puede ser más deplorable. ¿Para qué esa sociedad con China o con Rusia? Si Chile ha ido hasta Australia, ¿por qué no hacer una sociedad con Chile ya que estamos más cerca? Claro, nos morimos de miedo ante cualquier negocio con los chilenos porque nos birlaron el mar. Mas los tiempos han cambiado y habría que sondearlo. Seguro que nos iría mejor que con los chinos y que podríamos crear una industria formidable que verdaderamente reemplace lo que hemos perdido con el gas. Claro que esto no lo harán “el” Lucho ni “el” Evo y habría que taparse los oídos porque los patrioteros de siempre saldrían a chillar a las calles como fue con el gas. Habrá que esperar hasta que los echemos del poder.

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