La vergüenza, la desconfianza en los operadores de justicia y el desconocimiento en temas de ciberseguridad, son tres causas principales por las que las personas no suelen denunciar delitos cibernéticos, según analizó el abogado penalista, Erick Iriarte.
“Primero es la vergüenza de las personas a quienes le ocurren; segundo, desconfianza en las autoridades de administración de justicia, Policía, Fiscalía y juzgados; el tercero, es un desconocimiento por parte de las personas en temas de ciberseguridad y protección de datos personales para resguardar su información adecuadamente”, detalló el especialista a Unitel.
En medio de un reciente caso de delitos informáticos, en el que se investiga una red internacional de ciberextorsión que operaba desde Santa Cruz de la Sierra, el experto de nacionalidad peruana explicó cómo funcionan estas redes de cibercrimen.
Mientras las investigaciones continúan y se determina el alcance de esta red criminal, la Policía pidió a la población que haya sido víctima realizar su respectiva denuncia ante las autoridades.
“Este tipo de extorsiones, a veces, comienzan con plataformas de préstamos que luego se vuelven extorsivas. O te piden información tuya, de tu familia, de tus redes sociales y buscan una afectación”, indicó Iriarte.
Agregó que el modus operandi de estas organizaciones es a través de múltiples delitos comunes y corrientes, tales como estafa, falsificaciones o extorsiones. Una vez que tienen la información, proceden a extorsionar o afectar a la persona de alguna manera.
El jurista indicó también que los ciberdelincuentes suelen engañar a las personas pues buscan tener acceso a sus recursos financieros. “Finalmente, les hacen creer que van a obtener dinero. En un momento de necesidad, la gente (lo) quiere, (y) termina en un momento colapsando toda la pirámide y desapareciendo todos estos actores”, señaló.
CONVENIO DE BUDAPEST
Iriarte también explicó que muchos de estos ciberdelitos se hacen de manera transfronteriza, como el caso que se investiga en Santa Cruz, donde se encontró que tras la fachada de un call center, las personas realizaban llamadas hasta Ecuador, Colombia, México y Estados Unidos. Asimismo, la misma red realizaba extorsiones a ciudadanos bolivianos desde territorio ecuatoriano.
En tal sentido, identificó que Bolivia aún no se adhirió al Convenio de Budapest sobre seguridad informática. “La gran diferencia entre Bolivia y Perú es que Perú se alineó en 2019 al convenio de Budapest o Convenio de Cibercrimen, que da herramientas de cooperación (junto con) casi una centena de países para el tema transfronterizo”, explicó Iriarte.
Debido a ello, para el experto, la falta de cooperación transfronteriza con el país supone mayor dificultad para luchar contra este tipo de vulnerabilidades, obligando al país a hacer una cooperación “uno a uno”.