Luego de admitir un colapso de las cárceles en Bolivia, el director nacional de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, declaró que el hacinamiento carcelario promedio en el país es de casi 200% con más de 30.000 reclusos actualmente y que la situación se aproxima a una “catástrofe”.
Calificó la situación carcelaria como un “desborde terrible” y un colapso de los recintos que se acerca a una catástrofe, pues muchos reclusos duermen en pisos y patios mientras los jueces siguen enviando más personas a la detención.
A nivel general, el promedio del hacinamiento penitenciario es de un 194%. El centro más hacinado de Bolivia es el de Quillacollo (Cochabamba) con 500%. Por su lado, la cárcel de varones de Mocoví, en Beni, tiene un 492%. El penal de San Pedro de La Paz tiene 228% de sobrepoblación, mientras que Palmasola llega al 259% con 9.000 reclusos, detalló Limpias.
Bolivia superó los 30.000 privados de libertad y sólo en dos años hubo un crecimiento de 13.000. Al inicio de la gestión del presidente, Luis Arce, había 2.200 privados de libertad en San Pedro, mientras que actualmente se tiene 4.000, señaló la autoridad a la red Erbol.
El jefe de penitenciarias señaló que un factor para el hacinamiento es la discrecionalidad de los jueces para enviar personas a las cárceles con detención preventiva, una medida que debía ser la excepción y no la regla.
Limpias ejemplificó la situación con dos hechos: por un lado, la administración carcelaria debe acomodar a 50 personas en salones diseñados para diez, a través de la instalación de catreras de hasta cuatro pisos. Asimismo, las aulas construidas para la enseñanza universitaria debieron ser transformadas en dormitorios por la cantidad de reclusos.
Para aliviar esta crisis, instó a la Asamblea Legislativa a aprobar un decreto presidencial sobre indulto, el cual ya fue remitido por el primer mandatario.