Amenaza silenciosa que daña la democracia y los DDHH

En el actual escenario político-electoral, la desinformación se alimenta de las emociones para exacerbar el odio y la violencia, afectando la democracia y los Derechos Humanos.
Patricia Cusicanqui Hanssen, editora en jefe de Bolivia Verifica, subraya la importancia de combatir la desinformación.
En entrevista con EL DIARIO, sostuvo que la desinformación ataca en cuatro áreas principales: calidad democrática, ciberseguridad, salud y discursos de odio. En política, se usa para favorecer intereses partidarios; en salud, para esparcir mitos sobre vacunas; en ciberseguridad, para estafas dirigidas a los más vulnerables; y en discursos de odio, para estigmatizar por raza, clase social e identidad sexual.
Esta práctica está impulsada por poderosos intereses políticos y económicos, agregó, y requiere esfuerzos conjuntos entre instituciones y sociedad civil para ser combatida.
Cusicanqui definió la desinformación como contenido malintencionado que busca dañar y alterar el orden social y crece al apelar a emociones y creencias, facilitando la propagación de mentiras. “En ciberseguridad, la población vulnerable es el principal objetivo de los ciberdelincuentes”, resaltó.
Además, Bolivia carece de una ley de acceso a la información pública, lo que dificulta la verificación de datos y perpetúa la desinformación. Cusicanqui también señaló la necesidad de políticas públicas para educar sobre desinformación y desarrollar el pensamiento crítico.