Parte II
La paz es una cuestión más de personas que de estructuras para lo que hay que apreciar la dimensión comunitaria de la vida. La religión tiene un papel vital para suscitar gestos de paz y consolidar condiciones de paz. El mensaje del Santo padre Francisco para la celebración de la 52 jornada mundial de la paz y bien, es que la buena política está al servicio de la paz, que es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia. Dice, Jesús: “quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Marcos 9, 33.
No a la guerra, no a la estrategia del miedo, sí a la paz, que se basa en el respeto al derecho y al bien común, a la riqueza moral transmitida por generaciones pasadas. Respeto a los niños, jóvenes y adultos que merecen vivir en paz y armonía. Los tiempos que vivimos se caracterizan por grandes cambios que inciden profundamente en nuestra vida. Y para que el cambio abra nuevos horizontes de paz, justicia y convivencia fraterna, debe haber respeto a la dignidad, a la identidad cultural y religiosa de las personas.
Con el corazón lleno de dolor por las muertes injustas y el sufrimiento de tantos hermanos, hago un llamado vehemente de respeto a la vida en Palestina. Basta de guerra en Gaza. Es necesario deponer las armas de la violencia y reconciliarnos entre todos. Que Dios ilumine el corazón y la mente de todos.