domingo, julio 7, 2024
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Para una Bolivia diferente

Solo la voluntad política, nos permitirá, en esta coyuntura adversa, recuperar la paz y la esperanza en la construcción de un destino mejor. Con la acción conjunta e inquietudes coincidentes y el renunciamiento a intereses mezquinos, para responder de manera adecuada al reto económico, tan complicado, de nuestro tiempo. No debemos prestar oídos, en ese entendido, a quienes pretenden erigirse en “salvadores” ni a disociadores que buscan llevar aguas a sus molinos. El objetivo es aunar voluntades, obviando, si es posible, diferencias ideológicas, para lograr una Bolivia diferente y competitiva.
Es imperioso, recuperar la paz y la esperanza, para quienes viven en la incertidumbre. También seguridad para las personas y entidades que exportan e importan mercaderías. Bolivia requiere reactivar su economía y atraer divisas. Mostrar sus avances ante la región y el mundo. Pero los conflictos, como las movilizaciones, los paros y bloqueos, frenan sus propósitos de progreso. Debiéramos deponer, en ese marco, actitudes sectarias, radicales y oportunistas, que no hacen otra cosa que recordarnos el pasado nefasto.
El momento que vivimos, se torna, día que pasa, muy complicado. Algunos, en consonancia con sus intereses particulares, pretenden politizarlo. Pero otros, con desprendimiento y desinterés, sugieren posibles salidas, por el bien común. Pero Bolivia, en realidad, ya no vive el tiempo del sindicalista Morales ni de la doctora Añez, donde había dinero para distribuir bonos, no solo a las personas necesitadas, sino a los empleados públicos. Y se registraron los actos de corrupción más escandalosos. Se ha esquilmado a la Patria, al extremo de empobrecerla. Ahora esos gobernantes no podrían repetir sus “hazañas”, porque el ente emisor ya no cuenta con la chorrera de dólares, que provenía de la exportación de gas a Brasil y Argentina. Aunque vuelva al Poder el primero, o la segunda, no se logrará reconstruir el rumbo de la economía, porque no hay un producto que reemplace al gas, que hizo posible el tiempo de las vacas gordas. Estamos en la ruina, por culpa de los gobiernos de turno.
Otros piensan, por incautos, que en la época de Morales y de Añez había dinero, que si retornaran ellos, también habría dinero. Que ahora no estaríamos como mendigos extendiendo la mano, fuera del país. Son actitudes demagógicas, que no se ciñen a la realidad. “En la bonanza económica hasta el 2014, el Gobierno disponía de recursos para financiar la inversión pública y diferentes proyectos municipales, así como la construcción de elefantes blancos, pero la caída de los ingresos del gas redujo la liquidez de la actual administración, ahora debe acudir a financiamiento externo” (*).
En suma: recuperemos la paz y la esperanza, en la perspectiva de construir una Bolivia mejor.

(*) “Tres factores provocan la escasez de divisas”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 10 de mayo de 2024.

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