No tenemos, en la presente coyuntura, un producto que reemplace al gas, que se hizo gas. Que nos dé los mismos ingresos de éste, que del 2006 al 2014 generó bonanza económica. Para algunos fue el “milagro boliviano”. Se dijo, también, que aquello habría sido el resultado de la nacionalización de los hidrocarburos. Fue un embuste del tamaño de la Casa Grande del Pueblo. Como consecuencia de tales hechos estamos inmersos en serios problemas. No valdría la pena enumerarlos, porque está en la agenda de empresarios, comerciantes, transportistas e importadores. Ellos conocen esa adversa realidad y están pendientes de lo que sucederá más adelante.
En la población boliviana hay, entre tanto, desesperanza e incertidumbre. El dinero no le alcanza siquiera para adquirir alimentos básicos y busca el sustento cotidiano, que le permita sobrevivir dignamente, en este momento complicado. Muchos no reciben salarios, posiblemente son informales que viven al día, sin vacaciones, ni seguro ni beneficios sociales. El comercio informal concentra a quienes no pudieron conseguir empleo formal. De ahí que en sus filas se puede ver, inclusive, a personas con formación académica. Si logran vender algo comen, sino se aguantan. La informalidad les permite mantener a la familia y educar a los hijos.
Existen, en el país, asimismo, muchas personas necesitadas, en el umbral de la pobreza. No tienen acceso a empleo, educación, vivienda, salud y seguridad social. Ni cuando llovían los dólares, tuvieron la suerte de mejorar su nivel de vida. Pero, posiblemente, fueron utilizados como carne de cañón, en los conflictos políticos. Quizá también como “rebaño”, en tiempos electorales. Pero siempre fueron olvidados por los gobiernos de turno. “Primero los pobres, luego los ricos”, decía un slogan. Éste, con el paso de los años, resultó un discurso demagógico. En consecuencia, los pobres resultan siendo los más golpeados por los problemas económicos.
Pero algunos surgieron percibiendo sustanciosos haberes del Estado y otros manchados por la corrupción, los nuevos ricos en democracia. Muchos de ellos, con poder de decisión, que últimamente esquilmaron a la Patria, hasta dejarla en la vía. Mataron a la “gallina de los huevos de oro”, que daba fabulosos ingresos. “Al respecto son conocidos –sostiene la nota editorial de un acreditado rotativo paceño– numerosos casos de gran repercusión, como la corrupción en el Fondioc, las destituciones de autoridades nacionales acusadas de irregularidades, el apresamiento de policías de alto grado por haberse involucrado con el narcotráfico y, recientemente, la detención de acusados de presunta negligencia y corrupción en la construcción de piscinas de evaporación en la planta de carbonato de litio, etc.” (*).
En suma: la ciudadanía espera que mejoren las condiciones económicas.
(*) “Búsqueda de soluciones para salir de la crisis”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 1 de junio de 2024.