El Banco Mundial (BM) baja su pronóstico de crecimiento económico para Bolivia en 2024, reduciendo del 1,5% al 1,4%, según la última edición del informe “Perspectivas económicas mundiales”.
Como se recordará, en su informe sobre perspectivas económicas en junio de 2023, el Banco Mundial proyectó un 2% de crecimiento para el 2024, pero a principios de la presente gestión bajó a 1,5% y el último documento, de ayer, nuevamente reduce la expectativa a 1,4%.
En abril de la presente gestión, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó un crecimiento de la economía boliviana de 1,6% para la presente gestión, una cifra menor a la estimada del Gobierno, de 3,71%.
El 2021 fue el único año que la economía creció por rebote estadístico a 6,1%, por encima de lo proyectado por el Gobierno de 4,4%, luego de un ajuste realizado por las autoridades del sector económico.
Los indicadores económicos nuevamente muestran una desaceleración de la economía nacional. El Gobierno, en su presupuesto 2022, estimó un crecimiento de 5,1%, luego del resultado registrado en 2021, pero al finalizar el año, cerró con 3,48%.
Para el 2023 bajó la estimación a 4,86%, pero nuevamente la cifra fue menor a la proyectada de 3,1% y para la presente gestión redujo el crecimiento a 3,71, sin embargo, los organismos internacionales señalan una menor a 2%.
Nuevo informe
Según el informe de Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial de junio 2024, se proyecta que Bolivia tendrá un crecimiento económico de 1,4% para este año, un -0,1% a lo estimado en enero. Para el año 2024 y 2025 se estima que el país crezca un 1,5%.
Bolivia ocupa el 3er. lugar en menor crecimiento de Latinoamérica y el Caribe, después de El Salvador (0,3%) y Colombia (1,3%), y el 5to. lugar si es que tomamos en cuenta los decrecimientos de Argentina (-3,5%) y Haití (-1,8%), de acuerdo al análisis del presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
El Gobierno proyectó para el 2024 un crecimiento de 3,71%, el cual es bastante optimista comparando al 1,6% del FMI y al 1,4% del BM. Ambas proyecciones de estos organismos internacionales denotan un estancamiento de nuestra economía con posibilidades de una recesión. Sin duda, la escasez de dólares, la presión inflacionaria y la coyuntura económica/política limitarán nuestro crecimiento, sostiene.
Región
En la última parte de 2023, el crecimiento económico de la región de América Latina y el Caribe se desaceleró debido a los efectos persistentes del endurecimiento monetario. Si bien a principios de 2024 se observaron algunos signos de consolidación económica, la recuperación ha sido desigual en la región, señala el informe del organismo internacional.
En Brasil y México se ha mantenido la confianza empresarial, y algunos países como Colombia han mostrado mejoras, mientras que Argentina ha experimentado una fuerte contracción económica. En general, las tasas de inflación están disminuyendo y los bancos centrales han comenzado a reducir las tasas de interés oficiales, respecto de los niveles elevados de 2023.
Pero se prevé que el crecimiento en América Latina y el Caribe disminuirá aún más hasta ubicarse en un 1,8% en 2024, para repuntar luego hasta el 2,7 % en 2025, conforme las tasas de interés se normalicen y baje la inflación. Según las proyecciones, los precios de los productos básicos respaldarán las exportaciones de la región, aunque el tenue crecimiento de China podría limitar la demanda de los principales productos básicos.
El crecimiento de Brasil se moderará al 2% en 2024 y al 2,2% en 2025, sustentado por los recortes de la tasa de política monetaria y la recuperación del consumo y la inversión privada. El crecimiento proyectado de México se desacelerará al 2,3% en 2024 y al 2,1% en 2025, limitado por una política monetaria restrictiva, a pesar de la baja prevista en la inflación y las tasas de interés. Se espera que Argentina se contraiga un 3,5% en 2024, pero se recupera con un crecimiento del 5% en 2025 a medida que se aborden los desequilibrios económicos y disminuya la inflación. En Colombia, se prevé que el crecimiento aumente al 1,3% en 2024 y al 3,2% en 2025, impulsado por la recuperación del consumo privado y las exportaciones. El crecimiento previsto para Chile, del 2,6% en 2024 y del 2,2% en 2025, estará respaldado por una fuerte demanda externa de productos básicos de energía verde y por recortes en las tasas de interés. Por su parte, Perú crecerá, según las proyecciones, un 2,9% en 2024 y un 2,6% en 2025, puesto que la disminución de la inflación y los recortes en la tasa de política monetaria impulsarán el consumo privado.
Sin embargo, esas previsiones están expuestas a varios riesgos, principalmente a la baja. Entre ellos figuran la posibilidad de que las condiciones financieras mundiales se vuelvan más restrictivas, los elevados niveles de deuda local y la desaceleración del crecimiento de China, que afectará las exportaciones de la región.
Los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático también representan un riesgo. Por el contrario, una actividad económica más sólida en Estados Unidos podría tener un impacto positivo en América Central y el Caribe.
En conclusión, si bien la región de América Latina y el Caribe enfrentará dificultades económicas en 2024, se espera que muestre una recuperación gradual en 2025, apoyada por el descenso de la inflación y una política monetaria “acomodaticia”. El desempeño económico de la región dependerá de una combinación de factores internos e internacionales, y los precios de los productos básicos y la demanda mundial desempeñarán un papel moderado en este panorama, sostiene el informe.
Estabilización
Por otra parte, se prevé que la economía mundial se estabilizará por primera vez en los últimos tres años durante 2024, aunque a un nivel débil en comparación con los parámetros históricos recientes, según la última edición del informe Perspectivas económicas.
Se anticipa que el crecimiento mundial se mantendrá estable en un 2,6% durante el año 2024, antes de aumentar poco a poco hasta alcanzar un promedio de 2,7% en el período de 2025-26. Esta cifra es muy inferior al promedio del 3,1% de la década anterior a la covid-19. La previsión implica que, en el transcurso del período de 2024-26, los países que representan en conjunto más del 80% de la población mundial y del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, seguirán creciendo a un ritmo más lento que durante la década anterior a la pandemia.