Cochabamba registró tres nuevos casos de feminicidio en solamente 13 días, por lo que la cifra de mujeres asesinadas en este departamento asciende a nueve en lo que va del año, informó la Fundación Voces Libres.
Con estos datos, Bolivia suma 40 feminicidios en menos de seis meses, entre el 1 de enero y el 17 de junio de 2024. Encima de Cochabamba que ocupa el segundo lugar, se encuentra La Paz con 10 casos, siendo este el departamento con mayor incidencia de este crimen al igual que en el de infanticidio, donde La Paz también tiene una decena de registros.
Jhoselyn C. R., de 24 años, fue asesinada el 4 de junio en Melga, Sacaba, por su exesposo José Ch. Q., cuando reclamaba por la asistencia familiar para las hijas de ambos, dejando en la orfandad a dos niñas de siete y nueve años. Un día antes, la mujer habría sido amenazada por el perpetrador.
El 14 de junio, Irma M. P., de 30 años, fue estrangulada por su concubino Ponciano A. M., cuando discutían a bordo de un vehículo. El sujeto escondió el cadáver en el maletero del carro con la intención de arrojar el cuerpo en algún barranco, pero fue interceptado y capturado por policías durante una inspección de rutina en Sipe Sipe. El crimen dejó a cinco hijos en la orfandad.
El 17 de junio, luego de pasar siete días en terapia intensiva por haber sido apuñalada por su expareja Gabriela V., de 30 años, perdió la vida y dejó en la orfandad a una adolescente de 14 años y a un niño de seis en el municipio de Tiquipaya.
El Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres se hizo cargo de los tres casos de manera integral. Los abogados sustentaron la acusación legal contra dos de los tres feminicidas y ya existen sentencias condenatorias para ellos.
Voces Libres hizo notar que la psicóloga de la institución tuvo la dura tarea de comunicar los fallecimientos a los hijos. Las dos niñas más pequeñas de Irma, de cuatro y cinco años de edad, recibieron el mensaje de que su madre se fue al cielo, pero aún no comprendieron la magnitud de la pérdida como lo hicieron los hijos mayores.
Las secuelas del feminicidio en estos niños son profundas, pues muchos desarrollan fobias, miedos, ansiedad, falta de apetito, déficit de atención, desconcentración, descontrol de esfínteres, tristeza, ataques de ira y depresión, por lo que necesitan apoyo psicológico, pedagógico y de trabajo social de manera prolongada.
LEY DE PROTECCIÓN
El 11 de abril de este año, la Alianza por los huérfanos de feminicidio en Bolivia presentó un proyecto de ley para garantizar la atención, protección y reparación del daño sufrido por estos niños y adolescentes en Bolivia, proyecto que se halla en etapa de consulta. Las autoridades deben manifestarse hasta el próximo 25 de junio para que siga su curso en las cámaras de la Asamblea Legislativa.
Más de 50 instituciones públicas y privadas que conforman la Alianza por los huérfanos de feminicidio, junto con organizaciones de familiares de las mujeres asesinadas y de sobrevivientes, están atentas al avance de este proyecto, pues consideran que el Estado dejó en el olvido a estos niños por mucho tiempo.
Se cumplieron 11 años desde la promulgación de la Ley 348 y se estima que en ese período ya existen más de 1.000 niños, niñas y adolescentes huérfanos en el país que necesitan apoyo de equipos multidisciplinarios para superar sus traumas, atención en salud, educación, vivienda y un bono económico para ayudarlos a salir adelante.