miércoles, julio 3, 2024
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En la mira los “salvadores”

Quienes viven a costa del Estado, lo han politizado, según sus intereses particulares, en la actual coyuntura de adversidad económica, cuyo origen es el despilfarro en que incurrieron los “salvadores”, en la época del auge gasífero. Ahora el descontento social acelera la desestabilización política, en deterioro de la democracia. Se habla, inclusive, de un posible acortamiento del mandato constitucional del actual gobierno. La zozobra y la incertidumbre, por lo tanto, pretenden adueñarse, nuevamente de la mayoría de los hogares bolivianos.
¿Ahora los “salvadores” podrán devolver la paz y la certidumbre a la ciudadanía que agita ollas vacías, como repudio al derroche de recursos durante la bonanza económica? Es que aquellos han perdido credibilidad y respaldo popular, por sus falsedades, torpezas y despropósitos.
En consecuencia: los “salvadores” de Bolivia, férreos críticos de las falencias del gobierno de turno, deberían sincerarse, previamente, ante el pueblo boliviano, en sus respectivas ofertas electorales, con miras a los comicios nacionales del 2025, sobre temas puntuales, como la subvención a los hidrocarburos, la frondosa planta burocrática estatal y el tipo de cambio. ¿Qué medidas asumirían a fin de reencauzar la estabilidad económica, si llegaran al Poder? Deberán responder sin subterfugios, para que la ciudadanía conozca y reflexione, con mucha antelación, para que se aproxime, a los recintos electorales. Que conozca, asimismo, el semblante de los “salvadores”. Posiblemente haya, entre ellos, algunos nuevos o quizá los de siempre, responsables de la postración nacional. Responsables del derroche, en tiempos de las vacas gordas.
La población espera que los “salvadores”, propongan soluciones y, asimismo, actúen con mesura, en tiempos de crisis, sin propiciar el desencuentro. Que no reiteren promesas ni enunciados rimbombantes, que jamás se cumplirían. Menos discursos, con tendencias divisionistas, en contra de los que tienen un poco más. Que no se limiten a conformar alianzas obscuras, sino alianzas de cara a la ciudadanía, para salir del momento económico tan confuso y frustrante. Un trabajo desinteresado y fructífero, favorecería a la nación boliviana.
Los “salvadores” tendrían que recuperar la certidumbre. Cambiar la crisis económica, por la estabilidad económica. La escasez de dólares, por una abundancia de esa moneda, que colme, ciertamente, las expectativas del país. Que los hidrocarburos estén al alcance de quienes lo requieren. Devolver, en sí, la tranquilidad y la fe en un futuro mejor. Pero sin devaluaciones o medidas similares, que atentarían contra los menos favorecidos. Si no logran esos objetivos, pecarían por falsos profetas. Por mitómanos que viven timando a la ciudadanía. Por ruines, ya que dicen ser los “mesías”.
En suma: Bolivia merece un destino mejor, pero tamizando la plaga de los que se creen “salvadores”.

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