jueves, junio 27, 2024
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Estado Plurinacional y falta de alimentos

La falta de alimentos y sus altos precios en mercados tienen causas que es importante desentrañar, para que la opinión pública sepa lo que está ocurriendo y las medidas que se debe asumir para enfrentar la crítica situación actual. En primer lugar, la falta de alimentos se debe al gobierno masista, que dura ya 18 años. Este régimen populista, a título de “seguridad alimentaria” dictó medidas contrarias a la producción de alimentos. En ese sentido, puso en la práctica una política agraria absurda, que entró en funcionamiento con la Ley de reconducción comunitaria de la Reforma agraria, que fue elevada a rango superior, para que fuese imposible modificarla y que duré por lo menos cien años.
Esa reaccionaria política agraria, basada en quitar a los campesinos el derecho de propiedad sobre las parcelas con que fueron beneficiados desde 1953, obligó a los agricultores a dejar de cultivar la tierra, lo cual los condujo a una miseria que dura casi veinte años. Al mismo tiempo, los obligó a abandonar sus parcelas y migrar a las ciudades y el exterior.
Esa manera de tratar la agricultura originó una serie de efectos que hoy se presentan en forma masiva y que seguirán influyendo por muchos años. Pero esos efectos no han determinado la crisis alimentaria que encara el país, porque la causa principal de ella fue la política agraria incluida en la Constitución Política y mientras no sea anulada por otro gobierno progresista, seguirá llevando a la población boliviana al hambre y al Estado Plurinacional a una situación aún más crítica, agravada por la falta de dólares para la importación de alimentos o para mantener el contrabando. Ese peligroso estado de cosas es reflejo de la crisis de la producción agropecuaria. Fue denunciada desde hace años por medios de comunicación, en particular por EL DIARIO, que señaló la proximidad del colapso, así como sus causas. No solo eso, se sugirió decenas de veces las medidas que debían ser adoptadas a la brevedad posible, so pena de caer en el delito de desatención de la seguridad alimentaria. Pero tales advertencias cayeron en saco roto y las autoridades no adoptaron medidas oportunas y, en particular, se dedicaron a aplicar la misma política agraria contenida en la Carta Magna.
Al presente, los resultados negativos son ostensibles. La escasez y alza de precios de los alimentos está en espiral sin fin y seguirá así hasta que se modifique la reaccionaria política agraria y otros. En esa forma, el problema no será resuelto y la falta de alimentos crecerá indefinidamente. Al respecto, desde el oficialismo se argumenta que el problema se debe a sequías, heladas, o a la guerra en Ucrania, o problemas sociales como las huelgas y bloqueos de caminos. Pero solo son efectos de causas más profundas, a las cuales se les da poca importancia, pese a su carácter prioritario. Como ya se señaló tantas veces, la crisis agraria actual no se resolverá con fomentos y aspirinas caseros, sino solucionando la cuestión de la tierra. Por ello la falta de productos agrícolas seguirá empeorando, si las autoridades nacionales no solucionan, reiteramos, el problema de la tierra, evitando el abandono de zonas de cultivo de alimentos.

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