La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) representa los intereses del sector agropecuario en la región oriental del país. Juega un papel fundamental en la promoción y defensa de los derechos y necesidades de los productores agrícolas y ganaderos orientales.
La CAO actúa como vocera y representante de los productores agropecuarios ante las autoridades gubernamentales, organizaciones internacionales y otros actores relevantes, defendiendo los intereses del sector y respondiendo a desafíos. Esta institución trabaja para fomentar el desarrollo sostenible del sector agropecuario en la región, impulsando políticas y programas que favorezcan la producción agrícola y ganadera, la tecnificación, la innovación y la competitividad de los productores.
También ofrece asesoría, capacitación y asistencia técnica a los productores asociados, para mejorar sus prácticas agrícolas y ganaderas, aumentar su productividad y rentabilidad, y promover la adopción de buenas prácticas ambientales. La CAO trabaja en conjunto con otras instituciones, empresas y organizaciones agropecuarias para generar sinergias, promover el intercambio de conocimientos y experiencias, y fortalecer la cadena productiva agropecuaria en la región.
La Misión de esta organización empresarial es “promover el desarrollo de las cadenas agroproductivas en el ámbito nacional, con capacidad de gestión para lograr la sostenibilidad de la unidad productiva de manera integrada con sus instituciones afiliadas”. Su Visión plantea “ser la institución líder, promotora del desarrollo alimentario y agropecuario, generadora del bienestar del sector agropecuario nacional”.
En un comunicado difundido a fines de abril de este año, la CAO remarca que el agro es la “solución para la crisis económica” en Bolivia, porque puede generar 1.000 millones de dólares adicionales al año. Planteó cinco pilares para generar estas divisas. Entre éstos, está el pedido de seguridad jurídica para evitar avasallamientos; aprobar un paquete tecnológico para la producción de alimentos, incluida la homologación de semillas mejoradas o biotecnología para producir más y mejor en la misma superficie de tierras.
Además, piden que el pequeño productor pueda, voluntariamente, hipotecar su terreno para invertir en tecnología. Y piden extremar los esfuerzos para controlar las fronteras y así evitar el ingreso de productos de contrabando, “sensibles a nuestra producción”.
La CAO agrupa a 18 asociaciones de agricultores, pecuarios y agroindustrias, con más de 70 mil productores del departamento de Santa Cruz, de los cuales el 70% son pequeños productores, 24% medianos y 6% los grandes.
La CAO fue fundada en 1964 y el 14 de octubre de este año celebrará sus 60 años de servicio al sector agropecuario cruceño. A lo largo de estos años, se consolidó como una institución comprometida con el desarrollo del sector agropecuario, contribuyendo al progreso económico y social de Santa Cruz y del país en su conjunto.
El presidente de la CAO, José Luis Farah, manifestó que este sector productivo es una gran familia, donde cada sector con identidad propia asume sus desafíos, los comparte y entre todos se ayudan a que se concrete, porque entienden que, si le va bien a uno, les va bien a todos.
En la celebración de su 59 aniversario, Farah fue enfático al afirmar: “Nuestro desafío es avanzar sin complejos en una relación de respeto mutuo con los diferentes niveles de gobierno, para que entiendan de una vez por todas que podemos ser la salvación en momentos de crisis, cuando la tierra ya no da gas, la esperanza del pasado inmediato, o el litio, la esperanza futura, parece más un espejismo que un oasis”.
Nuestro país es el único del continente muy retrasado en el uso de la biotecnología. Si queremos incrementar nuestra producción agrícola sin aumentar la superficie cultivada debemos recurrir a la biotecnología, como lo vine pidiendo la CAO hace años.
Nuestras posibilidades en este sector de la economía son grandes. Otro reciente ejemplo es que Bolivia ya es uno de los países exportadores de genética bovina de alta calidad, referente en razas cebuinas a escala latinoamericana, para la producción de carne y leche. Brasil, Ecuador, México y Cuba son los mercados de exportación de animales vivos y embriones bolivianos.
Los empresarios, desde el sector productivo, podemos garantizar la seguridad alimentaria en los hogares bolivianos y traer las divisas que el país necesita. Solo necesitamos seguridad jurídica con reglas claras y que se abran mercados para la exportación de los excedentes y sostener un proceso de industrialización, que sea el marco para que los sectores público y privado puedan andar juntos buscando un mejor vivir para todos.
El trabajo conjunto entre Gobierno y empresarios es esencial para enfrentar los desafíos y construir un futuro mejor para todos los bolivianos.
El autor es economista, Académico de Número de la ABCE y Presidente de la FEPLP.