domingo, junio 30, 2024
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Coyuntura actual politizada

La situación actual, marcada por la incertidumbre económica, favorece, quiérase o no, a quienes alientan actitudes electoralistas. “En río revuelto, ganancia de pescadores”, señala un dicho popular. Retorna, en ese contexto, enarbolando ciertas banderas reivindicatorias, la convulsión social, con bloqueos de caminos, que hacen de Bolivia un país inviable. Son trancas que traban la exportación e importación de mercaderías. Que postergan el progreso nacional, mientras los vecinos avanzan, con pasos gigantescos. Seguimos, como siempre, inmersos en disputas domésticas, en tanto aquellos construyen su futuro, pese a las diferencias políticas. Y nosotros continuamos soñando con el litio. No sabemos hasta cuándo.
Algunos esperan que se vaya el gobierno, que haya nuevas elecciones, para competir, sabiendo, inclusive, que han perdido respaldo ciudadano. Quizá les urge retomar el Poder, para aprovechar recursos fiscales. Pero para que ello ocurra tendría que haber unanimidad de la clase política. Tendrían que unirse los extremos, en torno a ese objetivo, como en la década de los ochenta. La estabilidad económica tendría que tocar fondo. El hambre tendría que campear, vaciando el bolsillo de los humildes. Aún no hemos llegado a tal extremo. Pero tampoco podemos descartar un rasgo de esa naturaleza, si la ineficiencia y la ineptitud continúan su curso. Lo cierto es que la moneda nacional ha perdido poder adquisitivo.
A quienes viven de la política, no les interesa la escasez de algunos artículos de la canasta familiar. Ellos son felices porque gozan, en el denominado Estado Plurinacional, de sustanciosos haberes. También ex dignatarios de Estado, que perciben extraordinarias rentas vitalicias. “Detallando que el beneficio para cada exmandatario asciende a 25.000 bolivianos por mes y 300.000 bolivianos en un año, el parlamentario Marcelo Pedrazas lamentó que en el país aún existan este tipo de beneficios, cuando gran parte de la población gana menos del sueldo básico” (1). Algunos tienen depósitos dentro y, posiblemente, fuera del país. Por lo tanto, no saben de austeridad. ¿Qué cosas trascendentales habrían logrado a favor de la Patria, para gozar de tales rentas?
Pero, la crisis económica recae sobre la ciudadanía, condenada injustamente a soportar la estrechez, por la imprevisión de los gobiernos de turno, quienes disfrutaron la miel del auge gasífero. El pueblo, jamás. Pero evocaron su nombre, tanto para engatusar, como para cometer tropelías, en democracia. “Mi olla está vacía, los precios en las nubes”, decía un estribillo de las personas que protagonizaron, el “cacerolazo” en puertas de la Vicepresidencia (2). He ahí una realidad.
En suma: los bolivianos deberían gozar de mayores oportunidades para acceder a la educación, al empleo y la salud.

NOTAS
(1) “Políticos deben ser ejemplo de austeridad en tiempos de crisis”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 16 de junio de 2024.
(2) “Cacerolazo por alza de precios de alimentos”. EL DIARIO, 12 de junio de 2024.

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