viernes, junio 28, 2024
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Los caminos del poder, con quebradas y sin puentes

Le dicen de todo al gobierno, pero al final nada pasa. Las voces callejeras aumentan en bloqueos, manifestaciones y paros; reclamos y rechazos por lo que hace el gobierno, y lo que no hace también (devaluar la moneda para los empresarios). Otros medios de comunicación por su lado, más que defender al gobierno atacan a la oposición, que en buenas cuentas es embestir a pocas, asustadas, esporádicas y apagadas voces con ínfulas de opositores, intentando mostrar agallas, aunque más parecen haber perdido los hilos.
Si no existe de por medio controversia por doctrina, las afrentas en el MAS más bien fueran por simple interés. Se ha hecho grande la causa de los dichos y diretes, pareciera que quieren que haya lo que en el fondo no hay: discrepancia doctrinal. Lo que sucedió fue que el expresidente resolvió apoyar las intrigas de sus militantes, porque al final no les llegó lo que buscaban: participar del poder.
Una espuria sentencia, como dicen los abogados “ultra petita” (más allá de lo que se pide), causó sorpresa y el beneplácito de millones de ciudadanos porque sacaron tarjeta roja a un jugador peligroso, en términos de democracia. No es tan firme como se piensa, borrón y cuenta nueva no es imposible; se mantendrá la consigna disfrutemos del poder, del dinero, sería mejor decir; porque al final de eso se trata.
El TCP por su lado, más parece ser un Juez de instancia resolviendo causas a troche y moche. ¿El gobierno podría repartir más dinero creando subsidios y bonos para mejorar su votación, y advertir que si llega otro al gobierno los suprimirá?; imprimirá más billetes a pesar de la crisis, no importa; lo importante son los votos. ¿Acaso se olvida que un candidato, en nombre de democracia, cruzó ríos de sangre para llegar al poder?
Los ex y los actuales hicieron y hacen las cosas igual, al final de cuentas son de la misma horneada, los unos alcanzaron trabajo y otros siguen esperando. Los de antes y los de ahora, tienen igual proceder: remedian los problemas tarde, nunca con y amenazas (siempre hay intentos de golpe) y luego con el estilo Maquiavelo «divide y vencerás».
Mientras tanto la oposición tradicional en el afán de encontrar candidato con valor agregado: inteligente, con experiencia, liderazgo, habiloso, que sepa llegar al pueblo, con buen programa de gobierno (quizá falte decir que sea de buena familia). Cuando se da un nombre, el otro enseguida le ve la viga en el ojo… al parecer toman en serio eso del buen político que «debe modificar la sociedad para hacer que sea posible más justicia y más felicidad». Dicen que hay tiempo para encontrarlo, otros, que está siendo tarde, se objetan unos a otros, presentan sesudas propuestas. «La pura agitación nada nuevo genera», Byung Chul Hang.
La apuesta por ahora es si el MAS se divide más, exponiéndose a dejar el trono después de veinte años; a pesar de sus rabietas, calumnias y silletazos está consciente de eso. A ellos no les interesa la situación del país, así se ha dejado ver en todo el tiempo; en cambio la oposición llegaría con el compromiso de resolver tremendos conflictos, recibir un país endeudado, y la herencia pesada de aceptar, además, sin «beneficio de inventario».
Por el otro lado, incluso los partidos recién nacidos pedirán cuotas en el parlamento y los ministerios, en eso no hay misterios (la candidez es para los niños). La alquimia entre la gente del MAS, si acaso resignan sus caprichos (extremo que por momentos se hace distante) es posible, se repartirán ministerios diputados y senadores previo a resolver el binomio. ¿Cuál será?
Entre que es muy pronto, o que ya está siendo tarde, los opositores vacilan, mientras juegan con margaritas de pétalos blancos (con primarias, sin primarias…).

El autor es periodista.

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